• PEQUEÑOS PECADOS

    Todos los Cristianos conocen los grandes pecados: asesinato, adulterio, fornicación, mentir, ira, avaricia, robar, etcétera. (Exódo 20:3, 12- 17) Por lo tanto, los evitan como si fueran la plaga. Pero no se preocupan demasiado de los pequeños pecados (Hebreos 12:1). Aún así, son estos pequeños pecados los que enviarán a mucha gente al infierno. Que el Señor mismo nos enseñe hoy en el nombre de Jesús. Amén. LOS PEQUEÑOS ZORROS ESTROPEAN LA VID Así como una gota de veneno puede convertir una jarra de agua en no apta para beberla, o las moscas muertas hacen que un ungüento valioso huela mal, así destruyen las pequeñas mentiras a los grandes hombres…

  • LUZ EN LAS TINIEBLAS

    El mundo no es un lecho de rosas. Hay montañas y valles, claros y oscuros. Y todos vivimos en el mismo mundo, ya sea como pecadores o como santos. Pero hay ciertas diferencias entre los pecadores y los santos, particularmente en como cada uno supera las tormentas, los tiempos difíciles de la vida. Salmos 112:4 nos lo dice. Que el Señor avive nuestro entendimiento a medida que estudiamos este versículo en el día de hoy, en el nombre de Jesús. Amén. 4 Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Es clemente, misericordioso y justo. Salmos 112:4 LOS SANTOS RECIBIRÁN LUZ EN SU MOMENTO DE OSCURIDAD, PERO LOS PECADORES QUIZÁS NO.…

  • SIMEON Y ANNA

    A parte de los pastores vigilando sus rebaños por la noche, dos personas que vieron al Mesías en los primeros días de Su vida fueron Simeón y Anna. ¿Quiénes son estos dos? ¿Qué les hace tan especiales? ¿Hay alguna lección que aprender en sus vidas? Que el Señor encienda nuestro entendimiento a medida que estudiamos a Sus pies, en el nombre de Jesús. Amén. LAS REVELACIONES DIVINAS NO SE OBTIENEN A TRAVÉS DE LA SABIDURÍA HUMANA Simeón y Anna tenían muchas cosas en común. Sabían como esperar pacientemente al Señor, sin inmutarse por lo que otros estén persiguiendo. Estaban bajo el control del Espíritu Santo, que les revelaba misterios profundos.…

  • JUAN 11:35

    Juan 11:35 es el versículo más corto en la Biblia, y aún así es extremadamente profundo. Jesús lloró. El Rey de reyes, Señor de Señores, la Palabra desde le principio, el mismísimo Dios lloró. ¿Puede Dios llorar? ¿Fueron lágrimas genuinas? ¿Por qué el Altísimo debería de llorar tan abiertamente? Éstas y otras cuestiones nos asaltan la mente cuando leemos «Jesús lloró». Que el Señor abra nuestro entendimiento a medido que estudiamos Su palabra, en el nombre de Jesús. Amén. JESUCRISTO TIENE MUCHAS RAZONES POR LAS QUE LLORAR A parte del hecho de que la Biblia llama a nuestro Señor Jesucristo «Hombre de Tristeza», también es un mandamiento de Dios que…