Devocional de los Cielos Abiertos, Sábado 7 de Agosto de 2021: Ora sin Cesar
La oración es fundamental en la vida de un Cristiano, por eso el diablo pone tantos esfuerzos en minar nuestra vida de oración. La oración debe de ser una rutina en tu vida, pero no como algo que te sientes obligado a hacer, sino como esas rutinas que tienes en tu vida que necesitas hacer y encuentras satisfacción al hacerlo, como respirar o dormir.
Orar es hablar con Dios, conversar con Él. No se necesita ningún rito religioso ni nada especial, solo habla con tu Padre y cuéntale todo lo que quieras contarle, tus problemas, tus dudas, tus preocupaciones, déjalo todo delante del trono de gracia. Tus sueños, tus anhelos, tus objetivos, tus metas compártelas con el Señor. Porque Él te está escuchando.
Una parte importante de tu vida de oración, es la acción de gracias, dale gracias a Dios en todo momento y en todo, declara de Su santidad y de Su gloria, de Su Poder y de Su Majestad, porque Él es digno de nuestra alabanza. La acción de gracias surge espontáneamente en un corazón agradecido, y estar constantemente en la presencia de Dios y poder ver Su gloria manifestada en tu vida, produce un corazón agradecido.
Y la parte crucial de nuestra vida de oración es el escuchar, porque si orar es hablar con Dios, nosotros no hablamos con alguien por el mero hecho de hablar, esperamos una contestación, y a veces se nos olvida esto cuando oramos, y salimos con prisas a poner nuestra atención en otras cosas. Es bueno aprender a esperar en Dios.
Por otro lado, cuando aprendemos a esperar Su respuesta, no pensemos siempre en una gran aparición, una gran revelación o manifestación de Su poder que nos deje sin palabras, un gran estruendo o una voz ensordecedora demostrando Su poderío. Él también está en los pequeños detalles.
"El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?" 1 Reyes 19:11 - 13