Devocional Cielos Abiertos

EN TIEMPOS DE PAZ, PREPÁRATE PARA LA GUERRA I

Memoriza: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” Apocalipsis 22:12

Lee: Apocalipsis 22:11 – 15

11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.

BIBLIA EN UN AÑO: Crónicas 16 – 20

MENSAJE

Hay un hijo de pescado al que se la ha enseñado como nadar antes de que pudiera hablar correctamente. Su tutor, el pescador mismo, era amoroso pero exigente. Cada día, insistía con el que el chico pasara horas en el agua, practicado nuevas brazadas y técnicas. Ellos practicaban cad día sin importar lo bien que el chico nadara, su padre nunca estaba satisfecho. La parte más difícil del entrenamiento del chico era la que su padre llamaba, “el ejercicio de flotación”. Esto implicaba moverse en pequeños círculos en aguas profundas, manteniendo solo la cabeza por encima de las olas durante muchas horas. Al principio, el chico lo soportaba todo con la esperanza de que un día, su periodo de entrenamiento se acabaría. Después, se enfrentó a su padre, preguntando porqué las sesiones de entrenamiento eran tan difíciles. “Estas entrenando para el día de tormenta”, le contestó el pescador. Él sonrió amablemente y le dio una palmadita en la espalda a su hijo, añadiendo, “Mi hijo, quizás no haya una tormenta en veinte, treinta incluso en sesenta años, pero un día, sin previo aviso, la tormenta vendrá. Cuando venga, aquellos que no estén preparados, pagarán el precio”

Muchos años después, la mitad de los hombres en el pueblo donde vivía el chico, se fueron a una expedición de pesca. El chico fue con ellos. Los peces grandes ya no nadaban cerca de los pueblos. Para pescar un pez grande, los hombres tenían que irse realmente lejos dentro del mar. En este fatídico día, la tormenta vino. Vino de repente y rugió con fuerza durante horas. Cuando finalmente cesó, los hombres que habían quedado en el pueblo enviaron un equipo de rescato y la única alma con vida fue el hijo del pescador, que estaba flotando, moviéndose en círculos. Al saltar en uno de los botes salvavidas, él se acordó de su padre diciendo, “Cuando viene la tormenta, aquellos que no están preparados pagarán el precio”. Él había visto a muchos de sus compañeros y habitantes del pueblo morir porque no pudieron flotar los suficientes, ya que no había practicado lo suficiente. Él había visto a personas que no estaban preparadas pagar con sus vidas.

Hay una tormenta que viene pronto. Se llama el arrebatamiento. Solo aquellos que están preparados se salvarán cuando venga. Ese día, muchas persons lloraran y harán rechinar sus dientes. Muchos acabarán en el infierno, ardiendo en agonía para siempre, porque cuando las cosas parecían de color de rosa, ignoraron las advertencias de Dios de vivir en santidad. Cuando venga ese momento, ¿estarás tú entre los supervivientes?

LLAMADA A LA ACCIÓN: No importa que mucha gente ya no se esté preparando para el arrebatamiento; asegúrate de que tú estás preparado para que no acabes llorando cuando llegue ese día.