Devocional Cielos Abiertos

SI TAN SOLO SUPIERAS

SI TAN SOLO SUPIERAS

Memoriza: “Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.” Salmos 91:7

Lee: Salmos 91

Morando bajo la sombra del Omnipotente

91 El que habita al abrigo del Altísimo

    Morará bajo la sombra del Omnipotente.

2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;

Mi Dios, en quien confiaré.

3 El te librará del lazo del cazador,

De la peste destructora.

4 Con sus plumas te cubrirá,

Y debajo de sus alas estarás seguro;

Escudo y adarga es su verdad.

5 No temerás el terror nocturno,

Ni saeta que vuele de día,

6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,

Ni mortandad que en medio del día destruya.

7 Caerán a tu lado mil,

Y diez mil a tu diestra;

Mas a ti no llegará.

8 Ciertamente con tus ojos mirarás

Y verás la recompensa de los impíos.

9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,

Al Altísimo por tu habitación,

10 No te sobrevendrá mal,

Ni plaga tocará tu morada.

11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,

Que te guarden en todos tus caminos.

12 En las manos te llevarán,

Para que tu pie no tropiece en piedra.

13 Sobre el león y el áspid pisarás;

Hollarás al cachorro del león y al dragón.

14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;

Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

15 Me invocará, y yo le responderé;

Con él estaré yo en la angustia;

Lo libraré y le glorificaré.

16 Lo saciaré de larga vida,

Y le mostraré mi salvación.

BIBLIA EN UN AÑO:  Génesis 7 – 9

MENSAJE

Hay muchas batallas que Dios lucha por nosotros de las que no sabemos nada. Muchas de esas batallas se dan cuando estamos durmiendo, trabajando o incluso relajándonos. Es un gran error para alguien pensar que esta vivo o viva por su propio poder, o no darle gracias a Dios cada día por todo lo que hace.

Un día Dios decidió dejarme entrever un poco de esas batallas que Él lucha por mi de las que yo no se nada. Era un profesar en la Universidad de Ilorin en ese tiempo. En esos días, solía dejar el campus después de mis clases de la mañana y conducía a casa para la comida ya que mi casa no estaba muy lejos de la escuela. También echaba una siesta antes de volver al campus para tomar las clases de la tarde. Una tarde, fui a casa como siempre, acabé mi comida y me acosté en el sofá para descansar un rato. No pretendía dormir, pero cerré mis ojos porque yo ya era un Pastor por aquel entonces y mi salón siempre estaba ocupado con gente entrando y saliendo de la casa. Si veían mis ojos cerrados, sabían que estaba descansando y no me molestaban. De repente, sentí a alguien acechando sobre mi. La persona tomó mis mandos y piernas y entonces se acerco par besarme. Al principio pensé que era mi esposa, entonces de repente se me ocurrió que cualquiera que pudiera agarrar mis brazos y piernas al mismo tiempo tenía que ser realmente alto y fuerte. Así que abrí mis ojos y la persona desapareció.

Después de este incidente sentí una sensación de frio que me recorrió el cuerpo pero enseguida me olvidé de ellos y me fui a hacer mis clases de la tarde. Inmediatamente después de mis clases empecé a vomitar y me dio diarrea. Cuando conduje de vuelta a casa, tuve que prácticamente arrastrarme para salir de mi coche para llegar a la casa. Estaba en el baño cuando lloré “Papa ¿Qué es esto? Yo soy tu hijo, ¿cómo me puede pasar esto a mi? Él replicó “Hijo, solo quería que probaras un poco de las batallas que no se ven que lucho por ti constantemente” Después de esto la diarrea se paró. Mantente confiado de que Dios está de tu lado y tu eres más que vencedor (Romanos 8:37).

Quizás no lo sepas pero Dios te quiere tanto que Él está luchando por ti día y noche. Él no solo lucha por ti, también lo hace por tus seres querido porque él sabe que cualquier cosa que les afecte a ellos te afectará a ti. Por lo tanto, dale gracias cada día. Alaba Su nombre con todo tu corazón.

Punto de Oración: Padre, gracias por todas las batallas que Tú estás luchando por mi.