Devocional Cielos Abiertos para Adolescentes

UN BUEN MENTOR

Memoriza: “Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.” 1 Juan 2:14

Lee: 1 Juan 2:12 – 14

12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. 13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. 14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

BIBLIA EN UN AÑO: Colosenses 3:1 – 25; Isaías 45 – 47

MENSAJE

Todo el mundo necesita un mentor. La importancia de un mentor en la vida de alguien no es de exagerar porque un mentor enciende la antorcha en algunas áreas oscuras del camino de la vida. Gracias a su experiencia y madurez, un mentor tiene las respuestas a muchos temores secretos y preguntas del que es mentoreado. ¿Sabías que el problema de muchas líderes de hoy en día es la falta de un buen mentor? Un mentor es un guía. A Timoteo le fue bien porque encontró un buen mentor en Pablo. Josué guió a los israelitas a la Tierra Prometida porque tenía a Moisés como mentor. Si quieres conseguir grandes cosas en la vida, necesitas un buen mentor.

¿Cómo reconoces a un buen mentor? Por muy sabio que seas, tu sabiduría no te ayudará a buscar un buen mentor, por lo tanto, pregunta a Dios. Ultimamente, hay por ahí algunos lobos disfrazados de corderos; predican, pero en sus vidas privadas están muy lejos de su prédica. Pretenden ser siervos de Dios, pero engañan a chicos y chicas vulnerables. Solo Dios puede guiarte hacia aquellos que verdaderamente le sirven y le adoran a Él “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24).

LLAMADA A LA ACCIÓN: Pídele a Dios que te guíe hacia un mentor que le sirve a Él en espíritu y en verdad.