Memoriza: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» Filipenses 4:13
Lee: 2 Reyes 13:14 – 19
Profecía final y muerte de Eliseo
14 Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! 15 Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas. 16 Luego dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey, 17 y dijo: Abre la ventana que da al oriente. Y cuando él la abrió, dijo Eliseo: Tira. Y tirando él, dijo Eliseo: Saeta de salvación de Jehová, y saeta de salvación contra Siria; porque herirás a los sirios en Afec hasta consumirlos. 18 Y le volvió a decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces, y se detuvo. 19 Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora solo tres veces derrotarás a Siria.
BIBLIA EN UN AÑO: Romanos 1:1 – 32; Salmos 62 – 64
MENSAJE
Años atrás, contratamos a un señor de la tribu Hausa para cavar un pozo en mi ciudad natal. Nosotros desconocíamos que el terreno se asentaba encima de una gran roca, así que el hombre excavó por muchos días sin conseguir agua, entonces él devolvió el dinero que se le había pagado. Después contratamos a otra persona, que tampoco pudo llegar al agua, pero la tercera persona a la que llamamos lo consiguió en un hora. Al parecer la segunda persona se rindió cuando casi estaba llegando a tocar el agua.
En la lectura Bíblica de hoy, el profeta Eliseo ordenó al rey que disparara flechas al aire antes de hacer una declaración profética. Después de eso le pidió al rey que golpeara las flechas contra el suelo, y él lo hizo pero paró al tercer golpe. Esto selló su suerte ya que no obtuvo victoria total sobre el enemigo, porque él solo golpeó tres veces. Este es el caso de algunos jóvenes que se rinden en sus sueños o ambiciones cuando se enfrentan a desafío u obstáculos. Ello permiten que el espíritu de la duda o de la opinión pública les robe la visión que Dios les ha dado.
Rendirte de tus sueños es peligroso porque cuanto más lo intentas, más cerca estás de conseguir tus sueños. Se más decidido a conseguir tus objetivos. No permitas que nada te aparte de perseguir tus sueños. Fallaste en el pasado pero aún puedes tener éxito, siempre y cuando lo intentes otravez.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Ora más, estudía más, trabajar más duro y persevera hasta que llegues a la meta.