Devocional Cielos Abiertos

APÁRTATE DE AQUELLOS QUE MATAN LA FE

Memoriza: « Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.» Marcos 5:36

Lee: Marcos 5:21 – 43

La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús

21 Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. 22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, 23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.

24 Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. 33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.

35 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36 Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. 37 Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38 Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40 Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. 41 Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42 Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 43 Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 91 – 94

MENSAJE

Algo muy interesante sucedió entre Jesús y Jairo en la lectura Bíblica de hoy. Cuando alguien viene de la casa de Jairo para decirle a Jesús que su hija estaba muerta, Jesús no permitió a Jairo responder; Él le dijo específicamente, «No tengas miedo, solo cree». Vemos que todo lo que Él hizo antes de que resucitara a la chica de la muerte fue quitar a aquellos que matan a la fe. Él sabía que si Jairo hubiera permitido que su miedo aumentara, cuando le dijeron que su hija estaba muerta, el milagro no hubiera sucedido. Él vio que toda la gente en la casa que estaba llorando, era gente sin fe, y Jairo y su esposa les hubieran mirado a ellos, esto hubiera matado su fe. Jesús pues, les envió echó fuera antes hacer el milagro. Puede ser esa la razón por la que tú no has tenido ese milagro de parte de Dios aún, porque tienes muchas personas que matan la fe a tu alrededor. Créeme, honestamente, si tu sigues en compañía de estos asesinos de la fe, te impedirán llegar a tus objetivos. Por lo tanto tienes que echarlos fuera de tu vida.

Sal de los lugares y de la gente cuyas conversaciones matan tu fe. Si sigues escuchándoles, al final te impedirán lograr tu objetivo. Sio toda la gente a tu alrededor, de lo único que hablan es de lo mal que están las cosas, y de que no pueden ir mejor, lo mejor que puedas hacer es irte a otro sitio. Vete a un lugar donde escuchas a gente diciéndote que los cosas mejorarán, donde te digan que tus objetivos son alcanzables, donde ya no escuches decir «No se puede, es imposible», sino que oigas decir «Si, es posible».

Yo siempre he tenido sueños, sueños que parecen imposibles cuando la gente los escucha. Siempre que alguien se ríe de mis sueños, les digo «Solo observa y verás», entonces doy un paso hacia atrás para apartarme de la persona para que no mate mi fe. Al final, cuando el sueño empiece a materializarse, será mi turno para reír. Siempre lo he dicho: Si la gente no se ríe de tus sueños, entonces no son lo demasiado grandes. Cuando tus sueños son tan grandes que no es posible conseguirlos sin la ayuda de Dios, es en ese momento cuando estás empezando a soñar. No te preocupes de aquellos que han intentado matar tus sueños en el pasado, ignóralos, pon tu fe en Dios y observa como Él hace tus sueños realidad.

PUNTO CLAVE: Aléjate de la gente cuyas palabras y acciones matan tu fe.