Memoriza: «Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.» Génesis 27:33
Lee: Génesis 27:27 – 40
27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo:
Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
29 Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldijeren,
Y benditos los que te bendijeren.
30 Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar. 31 E hizo él también guisados, y se los llevó a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga. 32 Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú. 33 Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito. 34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. 35 Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición. 36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí? 37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío? 38 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.
39 Entonces Isaac su padre habló y le dijo:
He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra,
Y del rocío de los cielos de arriba;
40 Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás;
Y sucederá cuando te fortalezcas,
Que descargarás su yugo de tu cerviz.
BIBLIA EN UN AÑO: Hechos 4:1 – 22; Nehemías 9 – 11
MENSAJE
Dios ha depositado tanto poder sobre los padres que cualquier cosa que ellos decreten sobre la vida de sus hijos no puede cambiarse excepto si es cambiada por Él. Por ejemplo, en nuestro texto Bíblico de hoy, cuando Isaac se dio cuenta de que había bendecido a Jacob en vez de a Esaú, él no pudo revertirlo. Así que también, cuando Jacob maldijo a su primogénito, él quedó maldecido (Génesis 49:4). Tus acciones pueden o bien, hacer que tu padre te bendiga o te maldiga, pero cualquier hijo sabia buscará siempre la bendición de su padre.
Recuerdo que hace tiempo, acababa de volver de un viaje y llevaba dos maletas grandes, una en cada mano. Do s de mis hijos en el Señor se acercaron a mi: el primero me saludó, mientras que el otro rápidamente llevó mis maletas por mi, así que le dije al último «Dios te bendiga». El otro entonces dijo «¿Por qué no me dijiste Dios te bendiga a mi también» Entonces le contesté (Me viste que llevaba estas maletas pero no me ayudaste). El hijo que recibió la bendición hizo algo que provocó la bendición. Haz todo lo que haga que tu padre te bendiga. Las bendiciones de tu padre te harán llegar lejos en la vida.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Celebra a tu padre de una forma especial hoy, hazle tan feliz que sus bendiciones abunden en ti.