Devocional Cielos Abiertos

ENSÉÑALES A ESTUDIAR

Memoriza: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.” Proverbios 4:7

Lee: Proverbios 4:7 – 9

Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría;

Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.

Engrandécela, y ella te engrandecerá;

Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.

Adorno de gracia dará a tu cabeza;

Corona de hermosura te entregará.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 5 -8

MENSAJE

Salmos 127:3 dice que los hijos son la herencia del Señor; en otras palabras, ellos pertenecen al Señor y nosotros somos simplemente cuidadores. Es importante entones que como cuidador, cuides muy bien de lo que se ha puesto en tus manos. Debes enseñar a tus hijos a no ser tontos, o sino, habrás fallado como padre. Nuestro versículo a memorizar de hoy, describe la sabiduría como “lo principal” y después nos instruye a obtenerla junto con el entendimiento. Esto implica que la sabiduría debe de ser buscada, de ahi el llamado a enseñar a nuestros hijos y enseñarles a buscarla.

Enseña a tus hijos que la sabiduría es más grande que la fuerza (Eclesiastés 9:16). Puesto que la sabiduría es la correcta aplicación del conocimiento, debes de enseñarles a estudiar y adquirir conocimiento. No permitas que tus hijos se pasen todo el día viendo la televisión o jugando videojuegos. Deben de estudiar, nadie se hace grande sin estudiar. Tu dedicación al estudio determina lo lejos que llegarás en la vida. Como maestro en la escuela de secundaria para chicos de Ondo en 1963, me pidieron que enseñaran 35 periodos. Habían un maestro en la escuela que estaba graduado pero solo estaba enseñando 21 periodos., y aún así ganaba cuatro veces más que yo. A pesar de esto, él seguía refunfuñando. Le dije, “Señor, yo estoy enseñando 35 periodos, tú estás enseñando 21, aún así estás recibiendo cuatro veces mi salario, y sigues refunfuñando”, Él se acercó a mi y me pegó en la cabeza, entonces dijo, “Chico, tú no lo entiendes, me pagan por lo que ya he hecho”.

Ese fue el día que decidí que iría a la universidad, sin importar el coste.

No importa como empiece un niño, no importa lo pobres que sean los padres; si ese niño estudia y trabaja dura, estará delante de reyes. Si no me crees, busca la manera de leer sobre mi pasado y entonces compáralo con donde estoy hoy. Oro por tus hijos: ellos no acabarán en fracasaos en el nombre de Jesús. Tú sin embargo, juegas un papel para que esa oración sea contestada; debes enseñarles a estudiar. Quizás digas, “Oh, no importa si ellos estudian o no, yo ya estoy preparando su herencia, a ellos no les faltará de nada nunca”. No te engañes a ti mismo. Solo un hijo sabio puede manejar los recursos que se le dan correctamente. Oro para que tus hijos no destruyan tu legado cuando te hayas ido, en el nombre de Jesús.

LLAMADA A LA ACCIÓN. Quita todo alrededor de tus hijos que los distrae de estudiar, y crea una agenda que asegure que ellos estudien más de lo que juegan.