Memoriza: «E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás.» Salmos 50:15
Lee: Marcos 4:35 – 41
Jesús calma la tempestad
35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?
BIBLIA EN UN AÑO: Juan 8:37 – 59 ; 1 Crónicas 8 – 10
MENSAJE
Toda etapa de la vida tiene diferentes desafíos. Por ejemplo, un estudiante de secundaria, universidad, graduado y un graduado de la universidad, tienen desafíos que son de acuerdo a su nivel. Esto apoya la opinión de uno de mis hijos que dice: para cada nuevo nivel, hay un nuevo diablo. Pensarás que solo los adultos deberían de tener problemas pero este ya no es el caso. En estos tiempos, los jóvenes en todo el mundo están enfrentándose a tormentas en sus familias, sus escuelas y círculos de amigos, para los que muchos de ellos no están preparados.
Aprende de los discípulos. Una tormenta se levantó mientras que estaban navegando; trataron todo lo que pudieron, aún así la tormenta rugía ferozmente. Entonces ellos corrieron a Jesús quien de inmediato calmó la tormenta.
Hay algunas situaciones que requieren que apliques la sabiduría o el sentido común, mientras que hay otras ocasiones en las que debes de dejárselo al Señor, si quieres una victoria completa. Por lo tanto, te imploro que invites a Jesús a tu bote hoy para que Su presencia sea tu seguro de vida a medida que navegas por el mar de la vida.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, toma el timón de mi vida; te lo entrego a Ti hoy.