Memoriza: «¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.» Isaías 58:3
Lee: Isaías 58:1 – 12
El verdadero ayuno
58 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. 2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. 3 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. 4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. 5 ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? 8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; 10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. 11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. 12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Crónicas 27 – 29
MENSAJE
Lo primero a tener en cuenta cuando quieres embarcarte en el ayuno, es que el diablo intentará frenarte. Él sabe que en el momento que empieces a ayunar, te harás demasiado fuerte como para que él te manipule. Por lo tanto, usará todos los medio a su disposición para frenarte, así que prepárate para asegurarte de que fracasa. En un día normal, cuando no has decidido ayunar, te encontrarás no comiendo nada hasta avanzado el día, algunas veces hasta la tarde, y sin sentirte hambriento; sin embargo, en el momento en el que decidas ayunar, te levantarás con hambre. Ignora el hambre y permanece comprometido con tu decisión de ayunar.
Otro truco que el diablo usa es asegurarse de que tu nariz percibe algún aroma de comida dondequiera que se esté cocinando o se esté sirviendo a tu alrededor. Te encontrarás notando lo grande que es la pieza de pollo en el plato de tus amigos, o escucharás a alguien hablando de lo buena que está la comida del restaurante de al lado. No les des demasiada importancia a estos pensamientos sobre comida; son tácticas del diablo para impedir que ayunes, así que debes bloquearlos de tu mente. No les des cabida en absoluto. Abandona ese lugar donde se está hablando, preparando o sirviendo comida. si no puedes, entonces ocupa tu mente en la palabra de Dios de inmediato.
Algunas personas me han preguntado muchas veces «¿Cómo puedes ayunar por cuarenta días y noches y a veces incluso más tiempo? La respuesta es simple: cuando decido ayunar, voy a mi calendario, cuento el número de días que quiero ayunar, entonces marco el día de inicio y el último día del ayuno. Después de esto, le digo a mi estómago, «Desde este día, no habrá más comida para ti hasta esta fecha.» Si empiezo a sentir hambre cuando empiezo el ayuno, se que el diablo está tratando de romperlo, así que utilizo esto como recordatorio de que es el momento de orar. Así, siempre que siento hambre y me apetece mucho comer, utilizo ese momento para orar, y antes de darme cuenta, el hambre se ha ido. Finalmente, cuando ayunas, habla menos con otras personas y más con Dios. durante el ayuno, cuando hablas con personas, tus fuerzas disminuyen, pero cuando hablas con Dios, aumentan. Reduce las actividades físicas tanto comp puedes mientras que aumentas las actividades espirituales. El tiempo que utilizarías para cocinar o comer puede entonces ser utilizado en el estudio de la Biblia o en la oración. Este es también el tiempo de aumentar tu dádiva al necesitado a tu alrededor, como leemos en nuestra lectura Bíblica de hoy. También, ten en cuenta que, en el momento en el que te presumas de tu ayuno, éste se volverá inútil (Mateo 6:16 – 18).
PUNTO CLAVE: Se violento en cuanto a bloquear todo lo que el diablo usa para desanimarte de tu ayuno.