Memoriza: « ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana!» Eclesiastés 10:16
Lee: Proverbios 23:1 – 2
Cuando te sientes a comer con algún señor,
Considera bien lo que está delante de ti,
2 Y pon cuchillo a tu garganta,
Si tienes gran apetito.
BIBLIA EN UN AÑO: Crónicas 12 – 15
MENSAJE
Una de las características principales de los niños es que siempre están buscando comida. Cuando pones algo en las manos de un bebé, lo siguiente que hace es ponérselo en la boca. La comida es una parte significativa de las actividades diarias. Si la comida se convierte en una prioridad imprescindible para ti, hasta el punto de que es la primera cosa en la que piensas cada día, te parecerás a un líder inmaduro cuyos seguidores están condenados, como vemos en nuestro versículo a memorizar de hoy. Con esa gente, cualquier cosa que pongas a su cuidado, está en serio peligro.
Según 1 Reyes 17:2 – 6, Dios personalmente tomó la responsabilidad de alimentar a Elías y solo de daba dos comidas al día. Esto implica que el estándar de Dios para comer, especialmente en adultos, es dos veces al día. Recuerdo el día en el que compartí este mensaje con algunos pastores; a muchos de ellos no les gustó mi Estudio Bíblico de ese día porque estaban acostumbrados al concepto de tres comidas al día. Además de esto, muchas personas siguen teniendo el hábito de tomar un snack antes de dormir. Esto no es bueno para nada, especialmente si tienes que estar al cargo de cosas importantes, incluyendo tu destino. Como adulto, es aconsejable que comas solo dos veces al día; eso es lo que el Señor, que es quien hizo tu cuerpo, recomida.
De hecho, aquellos que realmente van en serio en cuanto a su destino, no comen todos los días. Pablo el Apóstol en 2 Corintios 11:27 dijo que él ayunaba a menudo. No es de extrañar que cumpliera su destino (2 Timoteo 4:7 – 8). Yo tengo 80 años ahora, y no como todos los días; sigo ayunando a menudo porque quiero cumplir mi destino antes de dejar este mundo.
En 1984, estaba en un ayuno de cuarenta días, acostado y débil en mi lugar de oración, cuando alguien vino, me vio y preguntó, «¿qué es lo que estás buscando en la vida que te hace ayunar tanto?» Eso fue hace 38 años; ¿qué he conseguido entonces, para que alguien me aconseje que pare de ayunar? Mira lo lejos que he llegado desde entonces. Esto seguro de que está claro que hice una buena elección al ignorar el consejo de esa persona. ¿Qué es lo que tú has conseguido hasta ahora? ¿Estás satisfecho con ello? Deberías de comer todos los días solo cuando ya no necesitas esforzarte por más de lo que has conseguido ya.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, no permitas que mi estómago me impida cumplir mi destino, en el poderoso nombre de Jesús.