Devocional Cielos Abiertos

LOS TESTIMONIOS DAN A LUZ MÁS TESTIMONIOS

Memoriza: «Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!» Marcos 10:47

Lee: 2 Reyes 5:1 – 19

Eliseo y Naamán

Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel.

Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que este envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.

Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel. Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. 10 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. 11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. 12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. 13 Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? 14 Él entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.

15 Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. 16 Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso. 17 Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová. 18 En esto perdone Jehová a tu siervo: que cuando mi señor el rey entrare en el templo de Rimón para adorar en él, y se apoyare sobre mi brazo, si yo también me inclinare en el templo de Rimón; cuando haga tal, Jehová perdone en esto a tu siervo. 19 Y él le dijo: Ve en paz. Se fue, pues, y caminó como media legua de tierra.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 Reyes 5 – 7

MENSAJE

Los testimonios son poderosos – tan poderosos que pueden dar a luz muchas otras buenas cosas. Siempre que guardas tu testimonio en tu corazón, y te niegas a compartirlo, no tienes ni idea de la cantidad de cosas que tú estás cerrando en tu vida también. En la lectura Bíblica de hoy, la pequeña muchacha tenía todos los motivos para mantener su boca cerrada, siendo una mera esclava, pero ella compartió el testimonio del impresionante poder de su Dios. Ese simple testimonio dio a luz a muchos más, incluida la sanidad de Naamán y su conversión de servir a ídolos a adorar al Dios Altísimo.

Fueron los testimonios que Bartimeo había escuchado en el pasado, los que dieron a luz sus propios testimonios (Marcos 10:46 – 52). Cuando compartes tu testimonio, estás ayudando a levantar la fe de otras personas para que también reciban un milagro de parte de Dios. Recuerdo cuando recién me uní a la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, y escuchaba a personas hablando sobre el poder de sanidad del Señor. Me resultaba difícil creer que una persona podía sanarse sin medicación. De hecho, mi pensamiento era, «vosotros me habéis mostrado el camino al Cielo, por favor no intentéis llevarme ahí más rápido de lo necesario». Sin embargo, una día, vi a un anciano que siempre andaba encorvado por culpa de una enfermedad, levantarse y ponerse de pie y recto. Me quedé asombrado, así que cuando se anunció que él iba a compartir su testimonio de sanidad divina en el servicio de la tarde, fui el primero en llegar. Cuando escuché este testimonio, mi fe se levantó y yo también empecé a caminar en salud divina desde entonces. Tu testimonio es un punto de conexión para el testimonio de otra persona, así que no lo escondas.

En segundo lugar, los testimonios acercan a la gente para que se conviertan en miembros del Reino de Dios. Jesús dijo en Juan 4:48 que algunas personas no creerán en el evangelio a menos que vean señales y milagros.

Comparte tus testimonios con los no creyentes, que ellos sepan lo grande que tu Dios, que se den cuenta de lo que se están perdiendo cuando se niegan a entregar sus vidas a Él. La joven en la lectura Bíblica de hoy compartió su testimonio con los no creyentes y acabó ganándoles para Dios. Tu testimonio quizás sea todo lo que necesitas para ganar para Cristo, a un compañero de tu oficina o un vecino; asegúrate de compartir hoy.

LLAMADA A LA ACCIÓN: Comparte un testimonio de la bondad y el poder de Dios con al menos una persona no creyente hoy. Puedes hacerlo incluso a través de las redes sociales.