Devocional Cielos Abiertos

PRUEBA DEL DOMINIO II

Memoriza: “Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que descargarás su yugo de tu cerviz.” Génesis 27:40

Lee: Génesis 27:37 – 40

37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío? 38 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.

39 Entonces Isaac su padre habló y le dijo:

He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra,

Y del rocío de los cielos de arriba;

40 Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás;

Y sucederá cuando te fortalezcas,

Que descargarás su yugo de tu cerviz.

BIBLIA EN UN AÑO: 1 Samuel 20 – 22

MENSAJE

Estuvimos hablando ayer, de que dar fruto es una prueba de dominio. Hoy vamos a analizar varios medios por los cuales podemos dar fruto y tener dominio. El trabajo duro es una de las formas más importantes de dar fruto. La Biblia dice, “Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.” – Proverbios 21:5 La holgazanería no es una virtud Cristiana. De hecho, la Biblia dice,“…os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.” – 2 Tesaloniceneses 3:10.

La diligencia es tan potente que se puede decir que nada será imposible para el diligente. El domino a través de la diligencia destruyó el yugo de Jacob en en el cuello de su descuidado hermano, Esaú. Incluso después de que él hubiera perdido su bendición para dársela a Jacob, Esaú insistió en que su padre debía de darle lo que había sobrado de las bendiciones que su hermano le había quitado.

En el viaje de vuelta de Jacob a la casa de su padre, se encontró con Esaú que ya tenía dominio. Es interesante leer que el hombre que obtuvo la bendición a través de engaños estaba temblando delante de aquel a quien había engañado.

"Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron." - Génesis 33:3 - 4

Las mujeres y los hijos de Jacob vinieron en fila a saludar y postrarse delante de Esaú. Cuando Jacob trató por segunda vez de tener paz con su hermano sobornándole de alguna manera, el hermano dijo que no necesitaba las riquezas de Jacob. Esto es porque él mismo ya estaba bendecido hasta el punto de que tenía un ejército personal de cuatrocientos hombres (Génesis 33:1, 8 – 11). Esaú le dijo a Jacob que tenía suficiente, y todo esto salió de las sobras de una bendición.

La diligencia ciertamente nos lleva a la grandeza, la cual a cambio nos lleva al dominio. Comprométete a ser diligente en todo lo que haces (Eclesiastés 9:10) y ciertamente tendrás dominio.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, bendice el trabajo de mis manos, y que yo tenga dominio a través de Tu bendición, en el nombre de Jesús.