Devocional Cielos Abiertos

¿QUIÉN DIJO QUÉ? II

Memoriza: “Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.” Hechos 17:11

Lee: Mateo 5:18 – 22

18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Jesús y la ira

21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

BIBLA EN UN AÑO: Deuteronomio 7 – 9

MENSAJE

Hay muchas personas que se auto-proclaman maestros de la palabra, con cientos de miles o incluso millones de seguidores hoy en día. Estas personas hablan con cierto nivel de autoridad de una buena variedad de asuntos como la religión, el matrimonio, los asuntos familiares, las doctrinas, el gobierno de la iglesia, el entretenimiento, las cosas de dinero, etcétera. Muchos de ellas también han puesto sus enseñanzas cuestionables y sus puntos de vista sin fundamento por escrito. Aún peor, algunos ministros del evangelio que deberían ser más sabios están ahora promulgando estas enseñanzas erróneas basándose en que estas enseñanzas tienen un grado de sabiduría. La cuestión debería de ser, “¿Quién dijo qué? Cualquier cosa que diga una persona debe de ser comparado con la palabra de Dios. La palabra de Dios debe ser siempre considerada superior a la palabra de cualquier persona – no importa lo sensible que pueda sonar esa palabra.

El conocimiento y el punto de vista de cualquier persona está limitado a su entorno y a su nivel de exposición a este. Sin embargo, el Alfa y la Omega, el Dios que todo lo sabe, tiene un perfecto conocimiento de las cosas desde la creación del mundo hasta el final de los tiempos. por eso la palabra de Dios nunca se vuelve obsoleta, independientemente del tiempo, los avances tecnológicos y el nivel de la civilización.

La palabra de Dios permanece fresca y nueva hasta la fecha. Salmos 138:2 nos dice que Dios magnifica Su palabra sobre Su nombre, por lo tanto, la palabra de Dios debe de ser tratada con el mayor respeto y honra, tal y como se merece. Trivializar la palabra de Dios puede tener efectos devastadores como le sucedió al consejero especial del rey en (2 Reyes 7:19 – 20). Es importante destacar que la palabra de Dios es diferente a la palabra del hombre, la cual está sujeta a cambios. Dios no cambia y su palabra permanece constante – para siempre. Por ejemplo, en Mateo 19:8, Jesús señaló una ley permisiva en el divorcia que fue introducida por Moisés, pero no era parte del código original. Por lo tanto, cualquier alteración de la palabra de Dios no es promovida ni aceptable delante de Él.

Siempre confirma quien está diciendo cualquier palabra antes de saltar al vagón de las nuevas enseñanzas. Todos debemos de tomar prestado una hoja de los Cristianos de Berean los cuales, escudriñaron las Escrituras diariamente para confirmar las enseñanzas que recibían. (Hechos 17:11).

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, ayúdame a darle a Tu palabra la honra que se merece, en el nombre de Jesús.