Memoriza: «Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.» Isaías 60:1
Lee: Marcos 5:25 – 34
25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. 33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
BIBLIA EN UN AÑO: Levítico 14 – 16
MENSAJE
Es difícil describir la gloria de Dios, porque es una combinación del gran poder, el esplendor y la santidad que acompaña a la presencia de Dios, así como sus efectos sobre el hombre. La gloria es uno de los mayores atributos de Dios; es una manifestación de Su presencia. Puesto que el hombre fue creado a la imagen de Dios, la gloria fue originalmente parte de su naturaleza. Sin embargo, cuando el hombre abrazó el pecado, la gloria inherente de Dios se apartó del hombre. Por lo tanto, Romanos 3:23 dice «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios»
El pecado no solo estropeo la gloria del hombre, también causó aún más daños produciendo vergüenza.
Una vida gloriosa es tan maravillosa que Génesis 2:25 dijo de Adán y Eva, « Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.» Aunque Adán y Eva estaban físicamente desnudas, estaban cubiertos de gloria – por eso no conocían la vergüenza. era absolutamente imposible para ellos experimentar la vergüenza. Sin embargo, en Génesis 3:7 – 10, después de que entrara el pecado, el miedo les se apoderó de ellos; de repente descubrieron que estaban desnudos y tuvieron que esconderse por la vergüenza. Desde el día de la caída del Jardín de Edén, todo ser humano que ha vivido sin haber nacido de nuevo, esta lleno de ese sentido de la vergüenza. Es muy simple, la gloria es la atmósfera del cielo en la tierra. La Gloria es tanto la belleza como el poder de Dios; se perdió en el Edén pero fue recuperado en el Calvario. Jesús vino para redimir a la humanidad y darle a aquellos que le acepten la esperanza de gloria, de acuerdo con Romanos 5:2.
El versículo a memorizar de hoy nos dice que nos levantemos y resplandezcamos porque, con la presencia de la gloria de Dios, nada puede impedirnos levantarnos como hijos de Dios. Yo por lo tanto, oro por ti, te levantarás y empezarás a resplandecer, en el nombre de Jesús.
No hay nada glorioso en la enfermedad, la pobreza, un estilo de vida pecaminoso, la apostasia, las ataduras y el fracaso. Los hijos de Dios deben decidir vivir por encima de esos problemas, navegando cada día en gloria. Hoy, nuestra lectura Bíblica muestra un clásico ejemplo de una persona que tuvo un encuentro con Jesucristo y fue re-ubicada del estar envuelta en vergüenza a nadar en la gloria. Amado, ven a Jesús hoy y entrégale tu vida para que puedas también convertirte en un candidato para la gloria de Dios (Colsenses 1:27).
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, que tu gloria me llene. Cambia mi vergüenza en gloria, en el nombre de Jesús.