Memoriza: « Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.« Juan 8:11
Lee: Juan 8:1 – 11
1 y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
BIBLIA EN UN AÑO: Jeremías 47 – 52
MENSAJE
Gracia, desde el punto de vista Cristiano, es popularmente descrito como una favor inmerecido. Esto es porque literalmente, es la bondad en su nivel más alto, y viene de parte del Dios Todopoderoso. Noé es un típico ejemplo de alguien que disfrutó de la gracia, habiendo sido separado durante el diluvio, de acuerdo con Génesis 5:7 – 8:
"Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió."
Otro ejemplo de gracia en acción es la historia de la mujer que fue sorprendida en adulterio. Justo cuando ella estaba a punto de perder su vida por este acto de inmoralidad sexual, la gracia la liberó (Juan 8:1 – 11). La mujer fue afortunada de haber sido arrastrada hacia el Salvado – Jesucristo. Él dijo en Juan 11:25 – 26;
"...Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?"
En el transcurso del juicio de esta mujer en «la corte» de Jesucristo, la gracia habló por ella y el Señor preguntó:
"... Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más." - Juan 8:10 - 11
Jesús siguió diciendo en Juan 8:12: «…Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»
Esto es gracia en acción. El Señor Jesucristo vino a esta tierra para morir por nuestros pecados. Recuerda, incluso el ladrón penitente crucificado junto con Jesucristo experimentó la gracia; Cristo le prometió que le vería en el Paraíso ese mismo día de la crucifixión (Lucas 23:39 – 43). Esto es lo maravilloso de la cruz – la gracia. Amado, puedes participar de esta gracia también, no importa como sea tu situación actual. Incluso si estás leyendo este devocional en la prisión y has aceptado a Jesucristo como tu Señor y Salvador. Ahora que celebramos el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo hoy, ten por seguro que la gracia de Dios es más que suficiente para ti. Aleluya!.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, perdóname por todas mis acciones pasadas. Por favor Señor, dame otra oportunidad para vivir para Ti, en el poderoso nombre de Jesús.