PARTE 4
INTRODUCCION
En el estudio anterior, empezamos a aprender como orar oraciones de avivamiento. Las oraciones de avivamiento deben de ser con propósito, intensas, sinceras, expectantes, serias e íntimas entre otras varias cosas. Cuando oras oraciones de avivamiento, debes de olvidarte de los fracasos del pasado e insistir, orar a menudo y luchando contra todo obstáculo a la oración.
Hoy, queremos mirar más de cerca Marcos 11:22-24 donde hay varias verdades importantes en cuanto a las oraciones de avivamiento. Que Dios nos conceda un entendimiento profundo de estas verdades, en el Nombre de Jesús. Amén.
22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Marcos 11:22 – 24
HAY UN MAESTRO, UN FUNDAMENTO Y UN ESTUDIANTE DE ORACIÓN
Cristo es el verdadero Maestro de toda oración. Antes de sentarse a la derecha del Padre, Él prometió poner en Su lugar al Espíritu Santo. Jesús fue llamado Rabí, es decir, Maestro de maestros, y de igual manera lo es el Espíritu Santo, quien nos guía hacia todas las verdades. El fundamento de todas las oraciones sinceras es Dios mismo. Así pues, la manera en la que vemos a Dios determina cómo oramos. Y por supuesto, dónde hay un Maestro, debe de haber por lo menos un estudiante. Cualquiera que desee aprender puede inscribirse en la Escuela de oración de Cristo; independientemente de la posición social que tengas.
Juan 20:16; Mat. 23:8; Juan 16:13; Lucas 1:37; Gen. 18:14; Jer. 3 2:17-27; Salmos. 51:1-2; Marc 10:46-52; Salmos. 34:6.
HAY UN MISTERIO, UN DESEO, UN REQUISITO Y UNA PROMESA DE ORACIÓN
El verdadero misterio de la oración es que Dios nos ha dado poder sobre toda situación, para declarar la existencia o la extinción de cualquier cosa. El deseo de la oración es el punto alrededor del cual gira la oración. Cuanto más grande sea el deseo, más intensa es la oración. El verdadero requisito de la oración es fe. La fe en Dios, no la fe en el poder. La promesa de Dios en cuanto a las oraciones sinceras que se oran conforme a Su voluntad es simplemente que éstas serán contestadas.
Marcos 16:17-18; Mat. 18:18; Salmos. 122:10; Prov. 10:24; I Cor. 14:1; Salmos. 107:23-30; Heb. 11:6; Santiago 1:6-7; 2 Crónicas. 20:20; Juan 6:28-29; Marcos 9:23; Juan 16:24; Ex. 15:23-25; I Sam. 1:27; 7:9-10; I Reyes 18:37-38; II Crónicas. 18:31; Hechos 4:31; Salmos. 91:15; Mat. 18:19.