Devocional Cielos Abiertos

CONTANDO TUS BENDICIONES

Memoriza:“Alabad a JAH, porque él es bueno; Cantad salmos a su nombre, porque él es benigno.” Salmos 135:3

Lee: Salmos 103:1 – 5

Alabanza por las bendiciones de Dios

Salmo de David.

103 Bendice, alma mía, a Jehová,
    Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.

El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;

El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;

El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 Samuel 15 – 19

MENSAJE

La ingratitud es peligrosa, particularmente cuando se exhibe directamente en contra del Dios Todopoderoso. Hay muchas cosas que disfrutamos por la benevolencia de Dios, pero a menudo las damos por sentadas. En un punto en el que David parecía que se había olvidado de la bondad del Señor, decidió predicar a su alma, de acuerdo con la lectura Bíblica de hoy.

En el texto de hoy, David se tomó un tiempo para enumerar las bendiciones de Dios sobre su vida, para no pasar por alto ninguna de ellas. La primera cosa que él mencionó es el beneficio del perdón del que él disfrutaba por parte del Santo de Israel. Uno se pregunta si los Cristianos de hoy en día aprecian las bendición del perdón como lo hizo David.

Otra bendición que David enumeró en su colección de los beneficios de Dios, es la sanidad divina. ¿Cuán a menudo nos tomamos el tiempo de realmente apreciar a Dios por nuestra salud y nuestro bienestar? ¿Cuán bien le damos gracias siempre que Él nos sana? Hay numerosas enfermedades y dolencias para las que no hay una cura conocida. ¿Nos acordamos acaso de darle gracias a Dios por la medicación que funciona cuando la tomamos?

Que el Señor nos conceda salud divina, la cual es mucho más mejor que la sanidad, en el poderoso nombre de Jesús. Sin embargo, debemos de recordad las palabras del Señor a la mujer Sirofenicia.:

"...porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos" - Marcos 7:27

En otras palabras, antes de que podamos tener acceso a la salud divina, o al menos a la sanidad divina – los cuales son algunos de los beneficios de ser parte del reino de Dios, debemos de nacer de nuevo (Juan 3:3). Para aquellos de nosotros que somos hijos de Dios, debemos de no menospreciar la gracia de Dios y ni dar por sentadas las bendiciones, porque no podemos permanecer en pecado y esperar que la gracia abunde (Romanos 6:1). Mostremos nuestra apreciación viviendo por Él solamente, y glorificándole con nuestros cuerpos, como Pablo nos ordenó en Romanos 12:1 – 2. Además, la biblia en Deuteronomio 6:12 nos urge a no olvidar todo lo que el Señor ha hecho por nosotros.

Haz del enumerar tus bendiciones, y testificar de la bondad de Dios en todo momento, un hábito.

LLAMADA A LA ACCIÓN: Tómate un tiempo para enumerar las bendiciones de Dios en tu vida y dale gracias desde lo más profundo de tu corazón por cada una de esas bendiciones