DEVOCIONAL DE LOS CIELOS ABIERTOS
Memoriza:“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados“ Marcos 5:6
Lee: Juan 4:31 – 34
31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
32 El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?
34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
BIBLIA EN UN AÑO: 1 Samuel 22 – 24
MENSAJE
Es normal decir que la salvación es gratuita. Aunque esto es cierto porque nadie puede pagar por la salvación que Jesús ofrece, la realidad es que Jesús ya pagó por la salvación en nuestro nombre. Así pues, sería correcto decir que la salvación no es gratuita. También, no es gratuita por que los que la reciben también tienen que ofrecer algo para obtener la vida eterna, como veremos hoy.
En Mateo 13:45 – 46, Jesús describe cuan precioso es el Reino de Dios, comparándolo con a cuanto tuvo que vender un hombre rico toda su fortuna. En Mateo 5:29 – 30, Jesús explicó la importancia de ganarse la entrada al Reino de Dios aconsejándonos que nos deshagamos de cualquier cosa que pueda hacernos no aptos para ganar la entrada a la presencia de Dios. Aún si esto implicara quitarnos un ojos
Hoy en día, algunos Cristianos son muy descuidados con los asuntos del Cielo. Muchas personas trivializan el pecado y el daño que puede producir en las almas. Apocalipsis 21:8 contiene una clara verdad sobre el Reino de Dios.
"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda."
Jesús nos llama hacia la salvación gratuita pero Él añade en Mateo 11:29;
"levad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;"
Este es el precio de la vida eterna – mansedumbre. Por eso Él dijo “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.” (Mateo 5:5). Él también dijo que bienaventurados son aquellos que tienen hambre y sed de justicia (Mateo 5:6). Sin duda estos son el precio del discipulado que debemos pagar para acceder a la salvación gratuita que nos da vida eterna. Amado, si deseas la vida eterna, debes de pagar el precio, aun cuando Jesús ya ha pagado el precio supremo.
Es triste que hoy en día, algunos líderes en la Iglesia están animando a las personas a sentirse cómodos con el pecado. Intentan minimizar la realidad del infierno y enseñan la gracia con gran irresponsabilidad. Debes de apartarte de ese tipo de personas. Hoy es el día de la salvación, ahora es el tiempo aceptable. Endereza tus caminos con Dios, haz las paces con Él, para que te lleve por el camino correcto.
PUNTO DE ORACIÓN:Padre, por favor pon en mi corazón hambre y sed de justicia.