Devocional Cielos Abiertos

EL RARO DON DE INTERPRETACIÓN

DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS PARA ADOLESCENTES

Memoriza: “Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.1 Corintios 14:27

Lee: Génesis 40:5 – 8

Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche, cada uno con su propio significado.

Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes.

Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes?

Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.

MENSAJE

Otro don que da el Espíritu Santo a los hijos de Dios es el don de interpretación de lenguas. Esto es la habilidad de entender y comunicar en palabras lo que se ha dicho en lenguas.

¿Sabías que cuando los hijos de Dios se reúnen y algunos dan un mensaje en lenguas, el mensaje no será entendido a menos que haya un intérprete o el que habla lo interprete? Este don es importante para el Cuerpo de Cristo.

No es de extrañar, que cuando un predicador le preguntó a su congregación que tipo de don desean fervientemente, después de enseñar sobre los dones del Espíritu, una mujer en particular se levantó y dijo, “Quiero el don de interpretación de lenguas”. El predicador le preguntó “¿De todos los dones que hay, por qué ese?”Una mujer en la iglesia habla en lenguas en cada reunión; Si yo tengo este don, podré saber si está mintiendo o no” respondió ella.

Otro campo es el de la interpretación de sueños. Como Daniel y José, este don les fue muy útil para gobernar y fueron capaces dar solución a problemas económicos a nivel nacional y a asuntos espirituales.

Conocer la mente de Dios y decodificarla para dar dirección a otros es un don excelente que tú también puedes anhelar desde hoy.

PUNTO CLAVE: No hay don demasiado grande que el Espíritu Santo no te pueda dar.