EL GOZO DE LA SALVACIÓN
Memoriza: “a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;” 1 Pedro 1:8
Lee: Salmos 16:8 – 11
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma;
Mi carne también reposará confiadamente;
10 Porque no dejarás mi alma en el Seol,
Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11 Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.
BIBLIA EN UN AÑO: Levítico 14 – 15
MENSAJE
Nuestro Dios es un Dios alegre y por eso el gozo es un fruto del Espíritu. Salmos 100:4 dice que cuando vas a Su presencia, tienes que hacerlo con alabanzas.
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.” Salmos 100:4
No puedes alabar a alguien con el ceño fruncido. En otras palabras, cuando vienes a Su presencia tienes que venir alegremente. Esto también implica que si tú siempre estás alegre y alabándole, entonces estás viviendo constantemente en Su presencia. Dios ama estar en compañía de personas alegres. Por eso en el momento en el que das tu vida a Cristo y Él empieza a vivir en ti, Él te da gozo.
Un profesor que acababa de conocer a Cristo vino a mi un día y me preguntó “Espero que no sea un problema el hecho de que, desde que nací de nuevo, he estado sintiendo esto gozo dentro de mi, ni siquiera se por qué, pero de alguna manera simplemente soy feliz”. Yo le dije “Eso no es un problema, es la presencia de Dios dentro de ti que te da gozo” ¿Sigues tú sintiendo el mismo gozo que sentiste cuando naciste de nuevo? Si el gozo se va, entonces necesitas examinar esto para estar seguro de que tu salvación sigue estando ahí. Cuando David perdió su salvación él escribió en Salmos 51:12;
“Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.”
¿Estás feliz siempre que llega el momento de ir a la Iglesia? ¿Estás deseoso de estar en la presencia de Dios, o tienen que engatusarte antes de que puedas ir a la Iglesia? Recuerdo cuando nací de nuevo y veía a mujeres que no sabían leer contestando preguntas durante la Escuela Dominical citando versículos de las Escrituras que yo nunca había leído. Decidí que tenía que conocer la palabra de Dios. Siempre estaba ansioso por ir al Estudio Bíblico. Hasta el día de hoy, mi deseo no ha disminuido. Cuando escucho a alguien predicar la palabra, escucho con toda mi atención e incluso tomo notas. ¿Dar sermones sigue haciéndote temblar? Sigues ansioso por aprender más de la Biblia? Puedes, así como dijo David;
“Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.” Salmos 122:1
¿La palabra de Dios te sigue emocionando o te estás enfiando?
Punto de Adoración: Padre, no permites que me recupere nunca de la emoción de estar en Tu presencia, en el poderoso nombre de Jesús.