DEVOCIONAL CIELOS ABIERTOS – MIÉRCOLES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2020 – NO MÁS PRETENSIONES
Memoriza: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” Mateo 7:21
Lee: Mateo 7:21 – 23
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
BIBLIA EN UN AÑO: Ezequiel 22 – 23
MENSAJE
Hay dos billones de Cristianos en el mundo hoy en día. Sin embargo, según el versículo a memorizar de hoy, no todos irán al Cielo.
La pretensión es una razón clave para este inminente fracaso. Muchos “Cristianos” no son para nada “Como Cristo”; muchos de ellos viven en pecado, aún así mantienen una apariencia de piedad para engañar a otros. Se olvidan de que Dios lo sabe todo y recompensará a cada uno conforme a sus obras. Se olvidan de que este mundo es temporal, mientras que el mundo por venir – Cielo para los redimidos e infierno para los condenados, durará por la eternidad.
¿Dónde estás tú con Cristo? Tu obra, posición o título en la Iglesia no importa, si continúas en pecado, vas de camino a la perdición (Ezequiel 18:20). Se sincero contigo mismo hoy y arrepiéntete. Este tipo de penitencia es la mayor diferencia entre Saúl y David. 1 Samuel 15:30 nos relata lo que sucedió con Saúl cuando pecó:
“… él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.“
Y en Crónicas 21:16 – 17 se nos relata lo que sucedió con David cuando pecó:
“…Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio. Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo?…”
Mientras que Saúl estaba preocupado por su reputación con los ancianos, David les reunió para unirse a él en oración por el perdón de Dios. ¿Eres tú Saúl o David?
No permitas que el diablo te robe la oportunidad que aún tienes de arrepentirte, confiesa y olvida tus pecados. Mantente en tu decisión sin importarte nada más.
En el último día los verdaderos Cristianos serán separados – los santos al Cielo y los que pretendían al infierno. ¿Dónde estarás tú?
Reflexión: ¿A quién estás adorando realmente, a las personas o a Dios?.