¿OLVIDARÁS?

Memoriza: «mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.» Mateo 6:15

Lee: Ezequiel 18:26 – 28

26 Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá. 27 Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma. 28 Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá.

BIBLIA EN UN AÑO: Jueces 17:1-18:31, Juan 3:1-21

MENSAJE

Cuando pecas en contra de Dios, y le pides que te perdone, Él te perdona por completo y también olvida. Esta es la razón por la que la lectura Bíblica de hoy explicó que, si un pecador, que ha pasado su vida en pecado, se arrepiente antes de su muerte, todos (y quiero decir TODS) los pecados de la persona son borrados, y su registro delante de Dios será como si nunca hubiera pecado.

Si Dios, nuestro creador, puede perdonar y olvidar, tu también puedes perdonar a cualquiera que te haya hecho algo malo, y olvidar la ofensa. Al principio, esto puede ser difícil, especialmente si tienes una mente analítica y una memoria fotográfica. Puede llevar mucho tiempo el sacar de tu mente algunos pensamientos y experiencias, pero a medida que abres tu corazón al Espíritu Santo en oración, tu mente se liberará.

la carne por naturaleza quiere venganza, y siempre quiere desquitarse, por lo tanto, necesitas al Espíritu Santo para ayudarte a perdonar a aquellos que te han hecho mal. ¿Estás luchando con sentimientos de rechazo de tus padres, o una experiencia de maltrato por parte de un profesor o guardián? Quiero animarte a pedirle al Espíritu Santo que te ayude a perdonarles y que sane tus heridas.

LLAMADA A LA ACCIÓN: Ora por cualquiera a quien hayas podido hacer daño, y pídele a Dios que te sane por completo de toda angustia.

COMPARTE EL DEVOCIONAL
Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Amén