Memoriza: «Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte.» Salmos 71:7
Lee: Hechos 3:1 – 11
Curación de un cojo
3 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. 10 Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.
Discurso de Pedro en el pórtico de Salomón
11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón.
BIBLIA EN UN AÑO: 2 Reyes 14 – 16
MENSAJE
En la lectura Bíblica de hoy, después de que Dios sanara al cojo, todo el mundo estaba maravillado porque acababan de ser testigos de algo maravilloso. Otra maravilla sucedió en Hechos 5:14 – 16, cuando la sombra de Pedro sanó al enfermo. De la misma forma, en Hechos 19:11 – 12, Dios obró milagros especiales a través de Pablo, de tal manera que sus pañuelos y delantales sanaban a los enfermos. ¿Quién les convirtió en esos prodigios? La respuesta simple es el Espíritu Santo.
Cuando era un profesor en la universidad de Lagos, el decano de mi facultad era el ya fallecido Profesor Chike Obi, un matemático reconocido. Dios después me llamó al ministerio a tiempo completo y me retiré del sistema universitario. Después de unos años, el Profesor Obi, que ya se había jubilado, viajó desde su ciudad natal hasta la Ciudad de Redención para visitarme. Yo no estaba en casa, pero se encontró con mi esposa, y él le dijo que volvería. La siguiente vez que vino, se encontró conmigo y me dijo, «Solo quería asegurarme de que es el mismo Adeboye que conocí, el que ahora está impactando en todo el mundo» Yo contesté, «Soy la misma persona, pero el Adeboye que conociste es un matemático; el que está delante de ti es un portador del Espíritu Santo, y Él es el que marca la diferencia»
En Salmos 71, David alabó a Dios por todo lo que Él había hecho por él, y en el versículo 7, que es nuestro versículo a memorizar, él testificó que se había convertido en un prodigio. Las personas que tienen un encuentro con el Espíritu Santo se convierten en prodigios para el mundo. Así como Él convirtió a los discípulos, incontables padres de la fe, e incluso a mi, en un prodigio, Él puede hacer lo mismo por ti.
Antes de unirme a la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, experimenté muchas dificultades, a pesar de todos mis certificados y calificaciones. Sin embargo, cuando entregué mi vida a Jesús y el Espíritu Santo vino sobre mi, empecé a experimentar maravillas sobrenaturales del reino de Dios. Las cosas difíciles se convirtieron en fáciles, y lo que parecía imposible en posible.
A una de mis hijas le dijeron los médicos que nunca podría dar a luz, porque su útero era demasiado pequeño para que el feto se desarrollara hasta el punto de dar a luz . Ella tuvo un aborto detrás de otro, pero el Espíritu Santo entró en la situación y decidió convertirla en un prodigio para muchos. Ella se quedó embarazada de nuevo, llevó el embarazo hasta el punto de dar a luz, y cuando dio a luz tuvo cuatrillizos. Profetizo sobre tu vida, que tendrás un encuentro con el Espíritu Santo que te cambiará la vida, y te transformará convirtiéndote en un prodigio, en el nombre de Jesús.
PUNTO DE ORACIÓN: Espíritu Santo, por favor, lléname de nuevo y hazme un prodigio para muchos, en el nombre de Jesús.
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Amén