Memoriza: «El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.» Eclesiastés 11:4
Lee: Génesis 2:18 – 25
18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. 20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona,[a] porque del varón[b] fue tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
BIBLIA EN UN AÑO: Jueces 9 – 10
MENSAJE
En la lectura Bíblica de hoy, Dios dijo que no es bueno que el hombre esté solo, y Él instituyó el matrimonio. Por eso los creyentes no deben de tardar en casarse una vez que son lo suficientemente maduros, tengan una fuente de ingresos estable, y Dios les haya mostrado a la persona correcta.
El matrimonio sin embargo, no es un logro en sí mismo; un hombre y su esposa tiene que apoyarse el uno al otro para conseguir los objetivos que Dios les ha dado. Los creyentes no deben de tratar de conseguir todo antes de casarse; la persona con la que se casen, debe de ayudarles a cumplir su propósito y aspiraciones. Algunas de las cosas que a la gente le resulta difícil conseguir, serán más fáciles cuando su ayuda idónea les ayuda. (Deuteronomio 32:30).
Cuanto antes se casa la gente, y empieza a tener hijos, más pronto podrán terminar de criarlos y centrarse en la obra de Dios. Sin embargo, esto excluye a aquellos a quienes Dios les ha dicho específicamente que no se casen. Le doy gracias a Dios por haberme casado pronto y haber tenido hijos pronto también. Imagina si hubiera tenido mi primero hijo a los 40; quizás no hubiera sido capaz de centrarme en la obra de Dios como debería, y mi esposa no hubiera podido ayudarme. Una vez que hubiera terminado de criar a mis hijos, quizás no hubiera tenido las mismas fuerzas que tenía para hacer la obra de Dios en los primeros días del ministerio.
Muchas personas tardan en casarse hasta que se dan cuenta de que el tiempo pasa muy deprisa. Como consecuencia, se apresuran en encontrar a una persona para casarse. El matrimonio no es una institución en la que uno deba apresurarse a entrar; existe la necesidad de orar y estar seguro de la voluntad de Dios en cuanto al matrimonio para ti. Cuando la gente va con prisas por casarse, todo parecerá una señal de la voluntad de Dios, y puede que acaben casándose con la persona equivocada. Casarse con la persona equivocada es como conducir con alguien que no va en tu misma dirección. Siempre habrá desacuerdos, confusión y estrés, porque las dos partes van en direcciones opuestas.
Lamentaciones 3:27 dice que es bueno que el hombre lleve el yugo en su juventud. En este contexto del matrimonio, el «yugo» no es una cosa mala, porque el matrimonio significa estar unido con otra persona que Dios ha ordenado para ayudarte. En la juventud, la gente tiene suficientes fuerzas para conquistar montañas y conseguir cosas profundas con sus parejas. No es sabio esperar a las condiciones perfectas antes de casarse, porque nunca llegarán (Eclesiastés 11:4). Aquellos que siguen esperando a tenerlo todo antes de casarse, quizás estén perdiendo un tiempo precioso persiguiendo las cosas equivocadas.
PUNTO CLAVE: A menos que Dios te haya dicho específicamente que esperes, no es sabio tardar en casarse.
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Amén