JESÚS NUESTRO MAESTRO

Memoriza: «Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo.» 2 Juan 1:9

Lee: Mateo 7:24 – 28

Los dos cimientos

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;

BIBLIA EN UN AÑO: Levítico 15:1-16:28, Marcos 7:1-23

MENSAJE

Juan 3:1 – 2 nos dice claramente que Jesús era un maestro. Quizás te sorprenda que a lo largo de Su ministerio en la tierra, nadie nunca le llamó evangelista, profeta o pastor, ellos seguían llamándole «maestro». Por dondequiera que Jesús iba, Él siempre estaba enseñando, incluso a la orilla del mar (Marcos 2:13).

Jesús es un maestro, y a Él le gusta relacionarse con nosotros como tal. Esto son buenas noticias, porque un maestro normalmente se responsabiliza del éxito o el fracaso de sus estudiantes. Si un maestro puede probar que su estudiante fracasó porque se negó a obedecer las instrucciones, entonces el maestro está libre de culpa. Vemos esto claramente cuando Jesús dio Su reporte al final de Su tiempo en la tierra en Juan 17:12. Él dijo, «Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.»

Si escuchas todas las instrucciones de Jesús y le obedeces, Él definitivamente te ayudará a llegar al cielo al final.

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Amén