Memoriza: «Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán.» Job 14:7
Lee: Salmos 33:17 – 22
17 Vano para salvarse es el caballo;
La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.
18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,
19 Para librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en tiempo de hambre.
20 Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Según esperamos en ti.
BIBLIA EN UN AÑO: Levítico 1 – 4
MENSAJE
La falta de esperanza es peligrosa, no importa lo mal que se pongan las cosas, nunca debes de perder la esperanza. En 1 Reyes 19:1 – 8, cuando las cosas no iban como Elías esperaba, él le pidió a Dios que le matara, porque había perdido la esperanza. Sin embargo, en 1 Reyes 21:20, Ahab, de quien Elías estaba huyendo, le dijo, «¿Me has encontrado, mi enemigo?» Aquel que estaba persiguiendo a Elías había empezado a huir de él.
No dejes que la gente te diga que tu caso no tiene remedio, ellos no son tu Dios. Ellos no te trajeron hasta aquí, y por eso, no puede controlar tu futuro. Si dice que es demasiado tarde para ti, diles que ellos no controlan el tiempo; solo Dios controla los tiempos y las estaciones, y Él no te trajo hasta aquí para abandonarte. Tu mañana estará bien, por lo tanto, no debes de perder la esperanza. Aquel que me ayuda sigue vivo; Él no cambia (Hebreos 13:8). Él es el Alfa y la Omega, Aquel que es, fue y ha de venir. Si Él me ha ayudado hasta aquí, Él me ayudará hasta el final.
Tengo incontables testimonios de las veces que parecía que toda esperanza estaba perdida, pero Dios vino e hizo lo imposible. Recuerdo después de que mi esposa pasara por tres cesáreas, y los doctores dijeron que ella no debía de volver a quedarse embarazada. Sin embargo, fuimos inspirados por Lucas 1:37 para intentarlo otra vez. Durante el embarazo no fuimos a ver a ningún doctor. Cuando fue el momento de dar a luz, ella estuvo con dolores de parto durante tres días, yo empecé a asustarme. Escuché al diablo decirme claramente «Hombre estúpido, dices tener un doctorado; tu mujer va a morir esta noche, y verás lo que su familia te hará a ti» Cuando escuché eso, un enfado santo se levantó dentro de mi, y dije, «Escucha diablo, si mi mujer muere esta noche, le pediré permiso al Superintendente General para predicar el domingo, y lo primero que diré es que no hay nada que mi Dios no pueda hacer». Poco después de eso, escuché el llanto de un bebé que venía de la sala de maternidad. Mi mujer era la única en la sala, así que supe que era nuestro bebé.
Cuando Dios empieza algo, Él lo termina; Él no abandona a Sus hijos a mitad de camino. Él es fiel y se encargará de que todo salga bien. Nunca pierdas la esperanza.
PUNTO CLAVE: Nunca pierdas la esperanza.
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Amén