DEBES EVITAR LAS MALDICIONES – 2

Memoriza: «¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?» Números 23:8

Lee: Génesis 3:6 – 19

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido,[a] y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

BIBLIA EN UN AÑO: Génesis 36 – 38

MENSAJE

Cuando analizas las Escrituras, y ves el impacto de la maldición de Dios en la vida de cualquier persona, o grupo de personas. Si eres sabio, harás todo lo posible para asegurarte de que Dios no está enfadado contigo en absoluto. El poder de una bendición o una maldición depende de la autoridad espiritual de la persona que impone la bendición, o la maldición. Puesto que Dios es más alto que el más alto, una maldición de parte de Él, es tan potente, que nada puede romper la maldición, excepto Él mismo. Puesto que no hay remedio para una maldición de parte de Dios, cualquier persona que se considere sabia, evitará todo aquello que pueda hacer que Dios imponga una maldición sobre él o ella.

Si lees la historia de Caín en Génesis 4:9 – 15, te darás cuenta de que en el momento en el que Dios le maldijo, todo aquel con el que Caín se encontraba quería hacerle daño, incluso sin provocación alguna. Cuando lees la Escrituras y te encuentras con algo que Dios prohibe, o que puede atraer una maldición de Su parte, debes de alejarte de esa cosa. Por ejemplo, Él dijo en Miqueas 3:8 – 10, que aquellos que no pagan sus diezmos están robando a Dios, y atraerán maldición para ellos mismos. Incluso sin la promesa de bendiciones sobreabundantes por pagar tus diezmos, la maldición solamente debe de hacer que quieras pagar tus diezmos fielmente. También, en Deuteronomio 28:15 – 20, Dios dijo que, los hijos de Israel, no escuchaban Su voz ni obedecían Sus mandamientos, ciertas maldiciones vendrán sobre ellos y los conquistarán. Por eso debes de asegurarte de que vives una vida de obediencia total a los mandamientos de y principios de Dios.

Finalmente, cuando te encuentras con un verdadero Cristiano, un descendiente de Abraham por fe, no intentes imponer una maldición sobre esa persona, porque el resultado será que tú, atraerás la maldición de Dios sobre tu vida (Génesis 12:3). Las maldiciones de Dios son terribles, e irreversibles, a no ser que Él tenga misericordia de ti. Haz todo lo posible por evitar las maldiciones de Dios.

PUNTO CLAVE: Mantente alejado de cualquier cosa que pueda atraer una maldición por parte de Dios.

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Amén