Memoriza: «Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.» Mateo 5:4
Lee: Amós 6:1
Destrucción de Israel
6 ¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte de Samaria, los notables y principales entre las naciones, a los cuales acude la casa de Israel!
BIBLIA EN UN AÑO: Ezequiel 27:1-28:26, Hebreos 11:17-31
MENSAJE
Estar de luto es estar apenado por algo que ha ocurrido, o estar preocupado sobre algo que afecta profundamente tus emociones. De acuerdo con el versículo a memorizar de hoy, la gente que está de luto, especialmente por las almas o el mal estado del mundo, serán consolados, y experimentarán las bendiciones de Dios. El mundo presente se ha vuelto tan malo que las malas conductas están permitidas, se anima a hacerlas, e incluso en algunos lugares están legalizadas. Por ejemplo, una persona joven que insulta a un anciano en público y sus amigos publican el incidente en las redes sociales para divertirse, es algo por lo que llorar o estar de luto, porque él y sus amigos probablemente no conocen la experiencia de los 42 niños ingobernables que se burlaron del Profeta Elías en 2 Reyes 2:23 – 24.
En el mundo de hoy, la influencia de las redes sociales ha hecho que algunos jovenes se involucren profundamente en actividades sexuales inmorales y todo tipo de perversiones. Esto es algo por lo que merece la pena estar de luto y llorar, porque la venida del Señor está cerca. Desafortunadamente, muchas personas no están mirando hacia delante para nada, incluyendo muchas personas en la iglesia. ¿Haces luto y lloras por los miles que mueren cada día sin conocer a Jesús.? No te conformes con abstenerte del pecado; llora por los pecadores y apénate por ellos en el lugar de oración, porque Dios no está interesado en la muerte de ningún pecador (Ezequiel 18:32).
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, libera a mi generación de la condenación eterna, en el nombre de Jesús.
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Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Amén