Devocional Cielos Abiertos

LA SUERTE DE LOS JACTANCIOSOS

Memoriza: «Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.» Jeremías 9:23

Lee: Marcos 14:22 – 31

22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. 25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia la negación de Pedro

26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. 28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.

Lee: Marcos 14:65-72

65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.

Pedro niega a Jesús

66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; 67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. 68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo. 69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. 70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. 71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. 72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.

BIBLIA EN UN AÑO: Lucas 23 – 24

MENSAJE

En Mateo 26:31 – 35, Pedro se mostró a sí mismo jactancioso. Jesucristo se volvió a los discípulos y dijo que le abandonarían esa misma noche, y Pedro respondió jactancioso:

«…Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.» – Mateo 26:33

En otras palabras, él estaba diciendo, «¿Yo? ¿Sabes de quien estás hablando? Si todos estos debiluchos te abandonan puedes contar conmigo Señor» El Señor dijo, «Antes de que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres» Él dijo, «Parece que no sabes con quien estás hablando. Incluso si tengo que morir contigo, moriré; nunca podría negarte.» Sin embargo, En Mateo 26:69 – 75, ¿A quién encontramos jurando que no conocía a Jesús? Al mismo Pedro!

Cualquier cosa de la que se jacte una persona tiene poder sobre ella. Por eso la Biblia dice que regocijarse en la jactancia es malo.

«Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala» – Santiago 4:16

Cuando te encuentres a ti mismo jactándote de algo, aquello por lo que te estás jactando está a punto de convertirse en un arma para el diablo que usará para derribarte. Por eso no debes de jactarte. La única jactancia permitida es jactarse en el Señor (1 Corintios 1:31). Esto es lo que David hizo en 1 Samuel 17:41 – 47, lo cual le llevó a vencer a Goliat. Incluso si sientes que no hay nadie mejor que tu en algo, mantén tu boca cerrada. Un hombre que fue considerado más sabio que todos los hombres (1 Reyes 4:31) dijo:

«Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos.» – Proverbios 27:2

Jactarse es como estar en el campo de batalla y decirle al enemigo cómo atacarte para vencerte. Quizás piensas que estás hablando sobre tu fuerza, pero toda persona sabia sabe que en el momento en el que te jactas sobre algo, se convierte en tu debilidad. Goliat estaba jactándose antes de ser derribado por un simple joven con una honda. Nabuconodosor estaba jactándose sobre sus logros, y lo siguiente fue que estaba comiendo hierba en el campo como un animal (Daniel 4:28 – 33).

Si has sido un jactancioso, arrepiéntete ahora. Solo te jactarás de Dios, pero evita cualquier otro tipo de jactancia. No hay nada bueno en jactarse fuera de Cristo; solo te conducirá a vergüenza y derrota.

PUNTO CLAVE: Nunca te jactes de tu estatus, habilidades o posesiones.

COMPARTE EL DEVOCIONAL
Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Amén