Devocional Cielos Abiertos

ORACIONES DIFÍCILES

Memoriza: “Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.” Isaías 45:11

Lee: 2 Reyes 20:1 – 11

Enfermedad de Ezequías

20 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro. Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó.

Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? Respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? 10 Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. 11 Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.

BIBLIA EN UN AÑO: Mateo 12 – 13

MENSAJE

Durante los últimos tres días, he estado enseñando sobre las oraciones muy fáciles. Hoy, hablaré de las oraciones difíciles.

Oras oraciones difíciles cuando le pides a Dios que cambie el orden natural de las cosas y niegue las leyes establecidas que gobiernan el mundo. Por ejemplo, cuando Josué impidió que el sol se pusiera, él oró por algo que estaba contra natural (Josué 10:12 – 14). También, en el texto Bíblico de hoy, el Rey Ezequías quería que el sol fuera hacia atrás como señal de que él sería sanado. Esta era una oración difícil, pero Dios lo hizo igualmente. Dios contestó estas oraciones rompiendo las leyes de la naturaleza, simplemente porque alguien se lo pidió, entonces, no hay nada que pedirle a Dios en tu vida que sea demasiado difícil.

Hace unos años, una mujer embarazada vino a mi diciendo que ella ya tenía hijas, pero que los hermanos de su marido la habían amenazado con echarla fuera de la casa de su marido si ella no daba a luz un hijo. Le dije que, de acuerdo con la ciencia, el género de un niño se decide en las primeras 72 horas después de ser concebido. Ella respondió que yo no iba a ser la persona que iba a desafiar el género de su bebé; todo lo que quería de mi es que me pusiera de acuerdo con ella en sus oraciones. Lo hice, y ella dijo a luz un niño. Quizás digas que el bebé era un niño desde el principio, sin embargo, compartí este testimonio mientras que estaba predicando un día, y una mujer vino a verme después del servicio. Ella estaba de ocho meses y había tenido una ecografía que reveló que el bebé en su vientre era un niño. Sin embargo, ella quería una niña porque quería poder compartir sus vestidos con su hija. Le dije, “Sabes muy bien que este niño ya está formado” Ella respondió que yo no iba a ser el que hiciera el milagro; ella quería que yo me pusiera de acuerdo con ella en oración. Lo hice, y ella dio a luz a un niña.

Nada es demsiado difícil para Dios. (Jeremías 32:27). Él hizo las leyes de la naturaleza y puede suspenderlas en cualquier momento. Él puede revertir lo irreversible simplemente porque tú se lo has pedido. Durante uno de nuestros programas, un hombre quería ver el milagro sucediendo en el altar y le susurró a Dios que le gustaría ser más alto. Él creció mas que la altura de sus pantalones ahí mismo y todo el mundo pudo verlo. Ciertamente, nada es demasiado difícil para Dios.

PUNTO CLAVE: No hay nada imposible para Dios.

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Amén