Memoriza: “El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá.” Mateo 10:41
Lee: 2 Reyes 4:8 – 17
Eliseo y la sunamita
8 Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. 9 Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. 10 Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él.
11 Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió. 12 Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él. 13 Dijo él entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo. 14 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo. 15 Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta. 16 Y él le dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. 17 Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho.
BIBLIA EN UN AÑO: Daniel 9 – 12
MENSAJE
La enseñanza de hoy puede que provoque controversia para algunas personas, pero compartiré la verdad al completo de todas formas. Cuando hay una oportunidad de servir a Dios a través de un profeta del que estás seguro, ha sido enviado por Él, no importa lo pequeño que sea el servicio, no dejes que la oportunidad se te escape. Cuando sirves o das al profeta, gracias a la unción de Dios en su vida, recibirás una bendición de parte de Dios.
Fui a un país extranjero para un programa, y durante toda mi estancia, un hombre que era muy rico se hizo de chofer. Cuando me dejó en el aeropuerto, quería mostrarle mi apreciación, pero como era un hombre más rico que yo, puse un poco de dinero en un sobre y dije, “Por favor dáselo a tus hijos de mi parte”. Él tomó el dinero y dijo, “Amén” varias veces. Me quedé avergonzado y miré al otro pastor que estaba con nosotros. El pastor dijo, “Él ha estado esperando en Dios para que le de hijos” Cuando escuché eso dije, “Gloria a Dios, no tengo dinero, pero estoy conectado con el Altísimo”. Al año siguiente, cuando llegué a ese país para otra edición del mismo programa, el hombre vino a hacerme de chofer de nuevo. Esta vez, él tenía un regalo y dijo que era de parte de su hijo. Quizás hayas estado orando por ciertas cosas y no hayas recibido nada aún, pero ofrendar tu servicio a Dios a través de un profeta puede hacer que esas cosas se den de inmediato.
Cuando analizas las Escrituras, ves que aquellos que sirvieron a profetas de corazón, consiguieron grandes recompensas por su servicio. Samuel se convirtió en un hacedor de reyes, y también podía destronarlos, porque él sirvió a Elí. Eliseo obtuvo una doble porción de la unción por servía a Elías diligentemente. La mujer sunamita consiguió un hijo incluso cuando había perdido toda esperanza porque ella sirvió a Eliseo. Siempre que tengas la oportunidad de servir a Dios a través de Sus ministros, aprovecha esa oportunidad al máximo.
Los ministros de Dios, sin embargo, no deben de menospreciar la predisposición de alguien para servir a Dios. Dios muestra apreciación por aquellos que le sirven, y Sus ministros deben de hacer lo mismo. Sin embargo, si estás sirviendo a Dios a través de uno de Sus ministros y parece como que no se te aprecia, siempre y cuando estés seguro de que él o ella es un verdadero ministro de Dios, ciertamente recibirás las recompensas a tu servicio de parte de Dios.
PUNTO CLAVE: Dios nunca ignora un corazón de servicio sincero a Sus representantes en la tierra.
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Amén