Memoriza: «Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.»1 Juan 4:6
Lee: 1 Juan 4:1 – 7
El Espíritu de Dios y el espíritu del anticristo
4 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. 6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
Dios es amor
7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
BIBLIA EN UN AÑO: Ezequiel 28 – 30
MENSAJE
Cuando lees versículos de la Biblia como 1 Corintios 6:20, que d ice que ha sido comprado por un precio, quizás te empieces a preguntar, «¿Comprado por quién? ¿Cuando consentí yo en que alguien me poseyera, lo cual justificaría que alguien más me comprara? Esta expresión misma nos dice que todo ser humano, tanto si es consciente como si no, e independientemente de cómo se siente por ello, estás poseído por un espíritu. Todo el mundo es concebido en pecado (Salmos 5:15), y hasta que nacen de nuevo, son propiedad del diablo.
Nadie es totalmente independiente; toda persona está poseída por espíritu u otro. La cuestión ahora es, ¿Quién te posee? Puedes saber quien posee una propiedad por la forma en que la propiedad es usada; una propiedad reflejará el caracter y personalidad de su dueño. Por eso Mateo 7:18 – 20 dice:
«18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.»
Si eres propiedad de Cristo, la gente verá el carácter de Cristo, que también es conocido como el fruto del Espíritu, en ti. ¿Tu carácter refleja amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza? (Gálatas 5.22 – 23). Si esto no te define, entonces, es muy probable que Dios no sea tu dueño.
Como solo hay dos divisiones en el reino espiritual – el reino de las tinieblas y el reino de Dios, cualquiera que no pertenezca a Dios, pertenece al diablo. Esta persona automáticamente se enredará en las obras de la carne como se enumeran en Gálatas 5:19 – 21. Cuando lees ese pasaje, ves que muchas de las personas que hacen estas cosas ni siquiera saben que están actuando de conforme al carácter de su dueño – el diablo. Por ejemplo, muchas personas que envidian, piensas que esto es simplemente algo natural que los humanos sientan envidia; no saben que la envidia solo puede estar en sus corazones porque ellos no son propiedad de Aquel que es Amor en Sí mismo. La Biblia nos dice en Romanos 6:16:
«¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?»
Cuando Cristo se convierte en tu dueño, ya no te comportas en línea con el carácter del diablo. Entrega tu vida a Él hoy si aún no lo has hecho.
REFLEXIÓN: Basándonos en los frutos de tu carácter, ¿Quién es tu dueño realmente?
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Amén