Devocional Cielos Abiertos para Adolescentes

ALTAR DE ADORACIÓN

Memoriza: “Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.” Salmos 107:15

Lee: Salmos 105:1 – 5

Maravillas de Jehová a favor de Israel

105 Alabad a Jehová, invocad su nombre;

Dad a conocer sus obras en los pueblos.

Cantadle, cantadle salmos;

Hablad de todas sus maravillas.

Gloriaos en su santo nombre;

Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová.

Buscad a Jehová y su poder;

Buscad siempre su rostro.

Acordaos de las maravillas que él ha hecho,

De sus prodigios y de los juicios de su boca,

BIBLIA EN UN AÑO: Job 31:1-33:33; 2 Corintios 3:1-18

MENSAJE

Hace muchos años, el único lugar en el que podía adorar a Dios sin distracciones era mi cuarto de baño. Ese era el único lugar en el que podía cantar, saltar, y bailar para Dios sin que nadie me estuviera mirando. Con las puertas cerradas, solo era Dios y yo. Cuando nos mudamos a la Ciudad de Redención, creé una habitación de oración en mi casa, donde podía tener tiempo a solas con Dios.

Dios ha hecho muchas cosas grandes por muchas personas, aún así, ellos no tienen un altar que está dedicado a adorarle en sus casas. Esto es un lugar que está consagrado para adorar a Dios únicamente. No debes de esperar a construirte una casa con varias habitaciones para crear tu altar para Dios; puedes dedicar simplemente un pequeño rincón en tu habitación para adorarle. Dios merece tu adoración, y si no puedes crear un altar para Él, puedes tener un diario donde puedes documentar todo lo que Él ha hecho por ti.

Si realmente quieres adorar a Dios, empieza apartando un horario fijo para adorarle y se constante con ello. Debes también de tener tu Biblia, himnario, diario y cualquier instrumento musical que pueda ayudarte en tu adoración siempre que estés adorándole.

PUNTO CLAVE: Dios se merece tu adoración.

COMPARTE EL DEVOCIONAL
Comparte el Devocional de los Cielos Abiertos, en tus redes sociales. Al hacerlo, que el Cielo honre todas tus peticiones, incluidas las que aún están pendientes, con respuestas divinas desde lo alto, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Amén