Memoriza: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,” 2 Pedro 1:3
Lee: Isaías 41:10 – 13
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.
BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 120 – 133
MENSAJE
En Juan 20:21, Jesucristo dijo, “… así como mi Padre me ha enviado, así yo os envío”. En Mateo 10:40, Él dijo, “Aquel que te reciba a ti, me recibe a mi, y aquel que me recibió a mi, recibió a Aquel que me envió” El trabajo del ministerio es una tarea asignada por el Padre, así que cuando eres llamado a hacer algo, puedes estar seguro de que Dios mismo te está apoyando.
En Juan 5:30, Jesús dijo, “No puedo hacer nada por mi mismo…” Esto es bueno porque, sea lo que sea que tengas que hacer por Dios, no puedes hacer por ti mismo, sino que el Padre que te envío te apoyará. Es una buena noticia porque todo lo que tienes que hacer es decirle, “No puedo hacer, Señor, pero se que Tú puedes hacerlo a través de mi” Hay algo llamado “El factor de Dios”. Deja que Dios lo haga; sin embargo, Él solo puede hacer si tu quieres cooperar. Si crees que Él puede hacer, Él lo hará. Si quieres que Él puede usarte para sanar una persona enferma, tendrás que pagar el precio, y después, Él producirá los resultados. Cualquier tarea que Dios te de que parezca imposible de realizar, hablar con Él, haz tu parte, y él dará resultados a través de ti.
En la tierra de los yorubas, una de los nombre con los que llamamos a Dios es “Ormonise faya ti”. Esto significa “Aquel que envía a un hijo a hacer una tarea y le apoya” Cuando Dios te envía a hacer una tarea, Él permanece a tu lado y te da poder, para asegurarse de que cumples con tu tarea. Muchas personas no cumplen con sus tareas porque difícilmente van a Dios para pedir instrucciones. Ellos empiezan el trabajo bien, pero les cuesta orar por dirección, pero es en el lugar de oración que Dios les da instrucciones para cada paso que tienen que dar. Ellos siguen haciendo todo lo posible para que el trabajo tenga éxito, pero cuando es el momento de tomar decisiones, no le piden a Dios que les guíe para tomar las mejores decisiones. Después de un tiempo, cuando se dan cuenta de que no están cumpliendo su tarea, acusán a Dios de no ayudar a otros y no ayudarles a ellos.
Amado, no puedes hacer nada por ti mismo (Juan 15:5). El trabajo que Dios te ha dado no puede hacerse con poder o fuerza sino por medio del Espíritu Santo (Zacarías 4:6). Si realmente quieres cumplir tu destino, no dependas de tu propio entendimiento, depende de Dios.
REFLEXIÓN: ¿Estás dependiendo totalmente de Dios para que te ayude a cumplir tu destino?
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Amén