Memoriza: « Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.» Hebreos 11:6
Lee: Mateo 10:40 – 42
Recompensas
40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. 42 Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
BIBLIA EN UN AÑO: Job 1 – 4
MENSAJE
El encuentro de Pedro con Jesús en el Lago de Genesaret es un indicador del hecho de que nuestro Señor realmente es generoso y recompensa (Lucas 5:1 – 7). Pedro permitió al Señor usar su barca como púlpito y fue recompensado con una gran pesca, tanto que el barca se empezó a hundir; él tuvo que llamar a mas gente para que le ayudaran a manejar su gran avance.
Hay muchas áreas de servicio que atraen las generosas recompensas de Dios. Una de ellas es asociarse con Dios para avanzar la agenda del cielo; esto fue lo que sucedió en el caso de Pedro. Otro acto que trae recompensas celestiales es la obediencia a las instrucciones del Señor. Puedes ver esto en la historia de Abraham, quien obedeció a Dios cuando le ordenó que saliera de la casa de su padre a un lugar que Dios le mostraría (Génesis 12:1 – 4). Él obedeció, aunque no sabía donde iba. Como si esto fuera poco, cuando al final fue bendecido con Isaac, el hijo de la promesa, se le pidió sacrificarlo como holocausto, y otra vez, él obedeció. Como resultado de su obediencia, Dios le recompensó con un pacto eterno de bendición y multiplicación (Génesis 22:15 – 17).
Otra área de servicio que recibe la atención de Dios para recompensas generosas es la hospitalidad. Un ejemplo es la historia de la mujer sunamita, que fue tan generosa con el profeta Eliseo que el Señor la recompensó con un hijo – un regalo que el dinero no podía comprar (2 Reyes 4:8 – 17). La historia de la viuda de Sarepta es otro ejemplo de ´como Dios recompensa la hospitalidad (1 Reyes 17:9 – 16). Ella sacrificó su última comida y eso trajo alimento que mantuvo a su familia durante toda la hambruna. La Biblia dice en Hebreos 13:12;
«Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.»
Dios también recompensa a la gente que hospeda Su presencia en sus casas. De acuerdo con 2 Samuel 6:11 – 14, Dios bendijo a Obed-Edom tanto por haber hospedado el arca del pacto en su csa que el rey empezó a envidiarle. Esta es una gran lección para aquellos que son reticentes a dejar sus casas disponibles como células. Ese tipo de personas no saben la bendición que están perdiendo al negar a Dios el uso de su espacio.
Como dice el versículo a memorizar de hoy, nuestro Dios recompensa a aquellos que le buscan con diligencia, le sirven, le obedecen y le honran. Usa esto hoy para tu propio beneficio.
PUNTO CLAVE: Dios nunca pasa por alto lo que haces. Él siempre te recompensa.