Introduciendo la Escuela del Espíritu Santo

LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO: PARA TI Y TUS SERES QUERIDOS

Para ti y tus seres queridos

La escuela del Espíritu Santo es tan maravillosa que, en poco tiempo, toda tu familia y tus seres queridos estarán metidos. En los días de Noé, Dios no salvó solo a Noé sino también a su familia. Y Jesús dijo que tal como fue en los tiempos de Noé, así sería en los últimos tiempos. Dios quiere salvarnos a nosotros y a nuestros seres queridos.

Ocurre de la siguiente manera. Unas semanas después de que hayas empezado la escuela del Espíritu Santo, Dios irá visitando a los miembros de tu familia, uno por uno, para embellecer sus vidas también. Antes de visitar a cada uno, Dios te dará una revelación. En el sueño Dios te mostrará el problema que esa persona tiene. El motivo es para que ores e intercedas por esa persona. Al interceder, estás diciendo que estás de acuerdo con Dios en cuanto a la vida de esta persona. 

Después de eso, Dios visitará a la persona, normalmente por revelación también, o cualquier otro método que pueda elegir. Antes de que te puedas dar cuenta, la vida de esta persona habrá sido transformada y restaurada por Dios. Esto puede pasar al poco tiempo desde la revelación. No importa lo insensible que sea la persona. El movimiento de Dios en los últimos tiempos es demasiado fuerte para que pueda resistirse. En pocos meses, quienes están en la escuela del Espíritu Santo habrán visto cómo Dios visita a todos los miembros de su familia, incluso marido, mujer, hijos, y el resto de los familiares. Amigos, compañeros de trabajo, socios, y cualquier persona que tenga algo que ver contigo, pronto verán sus vidas cambiadas por obra directa del Espíritu Santo – a través de tu Escuela del Espíritu Santo.

Conforme Dios vaya mostrándotelos en sueños, solo tienes que orar por ellos y ponerlos en manos de Dios. En algunos casos puede que Dios te pida que compartas algún mensaje con esa persona. Así quiere Dios salvar a todas las familias de la tierra, en estos últimos tiempos, pues ciertamente no es voluntad de Dios que perezca nadie. Hizo lo mismo en los tiempos de Noé y Lot.

El Señor le dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia […] porque dentro de siete días haré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y así borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.» (Génesis 7:1,4)

Luego (los ángeles) le advirtieron a Lot:
—¿Tienes otros familiares aquí? Saca de esta ciudad a tus yernos, hijos, hijas, y a todos los que te pertenezcan, porque vamos a destruirla. El clamor contra esta gente ha llegado hasta el Señor, y ya resulta insoportable. Por eso nos ha enviado a destruirla.  (Génesis 19:12,13)

Dios no quiere solamente salvarnos a nosotros. Sabe que nuestro gozo no será completo si somos salvos pero nuestros seres queridos destruidos. Siempre quiere salvar a familias enteras – antes de que llegue la destrucción. Lo que hizo en los tiempos de Noé y Lot, lo está volviendo a hacer en nuestros tiempos a través de la Escuela del Espíritu Santo.