Memoriza: «Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios» Romanos 4:20
Lee: Génesis 37: 6 – 28
6 Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: 7 He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. 8 Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras. 9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.
12 Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. 13 Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. 14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. 15 Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? 16 José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. 17 Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. 18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. 19 Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. 20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. 21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. 22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. 23 Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; 24 y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
Lee: Génesis 41:39 – 44
39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. 40 Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. 41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!;[a] y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 9 – 11
MENSAJE
Cuando estudié a aquellos que me han precedido en el ministerio, descubrí que muchos de ellos consiguieron promesas de parte de Dios en cuanto a el llamado que Él les dio. Por mucho tiempo, sin embaro, su situación no se parecía a las promesas que había recibido, aún así, siguieron haciendo la obra y después de un tiempo, vieron a Dios cumplir Su promesa.
Cuando Dios te llama a hacer una tarea, Él te muestra el resultado final. Sin embargo, cuando empiezas a caminar en ese llamado, empiezas a ver situaciones difíciles por las que debese pasar para obtener los resultados que Él ha prometido. José tuvo sueños sobre sus hermanos y sus padres postrándose delante de él. Eso fue emocionante, pero para que esos sueños se convirtieran en realidad, él tuvo que ser vendido como esclavo, ser engañado, y metido en prisión. A pesar de eso, él permaneció firme, creyendo que un día, lo que Dios le había mostrado se cumpliría – y se cumplió.
Amado, si Dios te ha llamado para una tarea en particular y te ha hecho algunas promesas, y aún las cosas no se parecen a lo que Él ha dicho, estás en buena compañía. Todo aquel que ha recibido alguna vez un llamado de parte de Dios, también ha pasado por esto, pero solo aquellos que fueron lo suficientemente tenaces para permanecer firmes tuvieron éxito.
Cuando Dios me llamó al ministerio completo, una de las promesas que Él me hizo fue que lideraría un ejército de los últimos tiempos poderoso para Él. En ese momento, la iglesia era muy pequeña. Pensé que él haría crecer la iglesia rápidamente para edificar ese ejército, pero solo crecíamos en dos miembros por semana y disminuimos en cuatro a la semana siguiente. Organizaba seminarios, ayunaba, oraba e hice todo lo que sabía pero la iglesia no crecía. Había dejado mi trabajo bien pagado para contestar al llamado de Dios, así que me convertí en el hazmerreír de mis amigos en la universidad, porque pensaban que estaba loco por haber tomado esa decisión. Nada parecía funcionar, pero seguí adelante. No comprometí mi fe y no deje de confiar en Dios. Hoy, la Iglesia Cristiana Redimida de Dios está en más de 190 naciones del mundo y podemos ciertamente decir que es un ejército de los últimos tiempos poderoso.
Como José, no te comprometas en tiempo de pruebas, sigue adelante y verás las promesas de Dios cumplirse.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, ayúdame a permanecer firme en Tus promesas. Ayúdame a permanecer en Ti hasta el final, en el nombre de Jesús.