Devocional Cielos Abiertos

PROPÓSITOS DEL NUEVO AÑO V

Memoriza: “Mejor es confiar en Jehová Que confiar en el hombre.” Salmos 118:8

Lee: Jeremías 17:5 – 8

Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

BIBLIA EN UN AÑO: Génesis 21 – 23

MENSAJE

Mi quinto propósito es que este año, voy a ser muy intencionado en poner toda mi confianza en Dios, y no en el hombre. Lo haré así porque Dios dice, “… vana es la ayuda de los hombres” (Salmos 60:11). Quizás hayas descubierto que muchas de las personas que pensabas que te ayudarían te han decepcionado, pero hay un Dios que nunca falla, y Él no fallará este año.

Fui a un aldea en 1981, justo después de convertirme en Pastor General de la Iglesia Cristiana Redimida de Dios, y alguien me dijo, “Ahora que eres pastor General, necesitarás una casa en condiciones para alojar a los dignatarios que te vayan a visitarte, especialmente cuando tienes una ceremonia u otra”. Estuve de acuerdo con él y me dijo que me ayudaría a construir la casa. Me dijo que fabricaba ladrillos así que él suministraría los ladrillos que yo necesitara para construir la casa, y que le podía pagar la cantidad que me pudiera permitir. Creí que Dios estaba detrás de todo esto, y estaba muy feliz.

Amado, cuando alguien te ofrece ayuda, primero consulta con Dios para estar seguro de que la ayuda viene de Él.

Construí la casa, y el mismo día que puse el techo, él me pidió que pagara todos los ladrillos que me había suministrado. Me quedé asombrado. Este hombre había dicho que yo podía pagar cuando tuviera el dinero. Acabo de poner el tejado, y ni siquiera había puesto las puertas o las ventanas. Dentro de mi, estaba muy triste. Le dije a Dios, “Señor, sabes que nunca he hecho nada que no pueda manejar; fue este hombre el que me engañó para meterme en esto. Por favor ten misericordia de mi, no permitas que yo sea avergonzado” Oré toda la noche y me quedé dormido en mi escritorio.

Cuando me desperté, había un hombre en mi puerta. Él dijo que había venido desde el norte, y que Dios le había dicho que me diera un sobre. Recibí el sobre, oré por él, y se fue. Después de que se fuera, abrí el sobre, era la cantidad exacta que yo debía.

Hay un Dios que es nuestra ayuda eterna en tiempos de tribulación. Este año, Él está preparado para ayudarte, pero debes de poner toda tu confianza en Él.

REFLEXIÓN: Cuando tienes un problema, ¿a quién le pides ayuda, a Dios o al hombre? Tu respuesta muestra en quien confías más.