Memoriza: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” Lucas 6:38
Lee: 2 Corintios 9:6 – 15
6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito:
Repartió, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.
10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. 12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; 13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra c contribución para ellos y para todos; 14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!
BIBLIA EN UN AÑO: Génesis 18 – 20
MENSAJE
Como granjero joven, me di cuenta de que mi padre apartaba las mejores cultivos para plantar porque la calidad y la cantidad de la semilla plantada es el principal determinante de la calidad y la cantidad de la cosecha. La palabra de Dios es clara sobre esto.
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará” – 2 Corintios 9:6
Este año, voy a dar como nunca antes, porque se que cuando dé, habrá una cosecha. Daré alegremente porque Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7), y yo necesito Su favor. Si estás esperando una gran cosecha este año, decídete a dar en abundancia.
Recuerdo un tiempo en el que estábamos preparándonos para nuestra convención anual, y necesitaba diecisiete mil nairas para instalar paneles en el techo en el primer auditorio que levantamos en la Ciudad de Redención. Solo tenía mil nairas y estaba orando a Dios por el resto cuando uno de mis pastores vino a mi oficina para pedir mil nairas. Él necesitaba el dinero para poner techo al espacio que él estaba construyendo para acomodar a los miembros de su región que asistirían a la convención. Le dije que yo también necesitaba dinero y le dije que se marchara de la oficina. Cuando se iba, Dios me habló diciendo, “Llámale para que vuelva y dale esas mil nairas”, refunfuñando, porque era difícil, pero igualmente obedecí. Después de que el pastor se hubiera ido gozoso con mis mil nairas en su bolsillo, Dios dijo, “Hijo, ¿porqué estas refunfuñando? Habían dos problemas: te he usado a ti para solucionar uno. El otro tú no lo puedes resolver, déjamelo a mi” Pocas horas después, alguien vino desde Port Harcourt y dijo, “Señor, acabo de obtener la renta de mis inquilinos, y el Dios Todopoderoso dijo que debía de traértelo a ti”. Él me dio un sobre, y le bendije. Cuando abrí el sobre tenía diecisiete mil nairas dentro!.
Este año, aumentaré mi dádiva para la obra de Dios y el ganar almas para Su reino más que nunca antes. Está escrito que mientras que este mundo continúe existiendo, el tiempo de la siembre y el de la cosecha nunca cesarán (Génesis 8:22). ¿Por qué no te decides como yo, a sembrar para la obra de Dios más que nunca antes este año?.
Dios nunca falla en Sus promesas. Aquel que siembra en abundancia también cosechará en abundancia (2 Coritnios 9:6=.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Practica esta decisión ahora. Busca una necesidad en la iglesia y siembra en ella.