Devocional Cielos Abiertos

DILACIÓN

Memoriza: «El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.» Eclesiastés 11:4

Lee: Lucas 9:59 – 62

59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 Corintios 5 – 9

MENSAJE

La dilación es hermana de la pereza; significa retrasar el realizar una tarea en particular. No es nada bueno; de hecho, tanto la pereza como la dilación tienen el mismo castigo.

No debes de dilatar el tiempo de estudiar o leer tus libros. Algunos estudiantes esperan hasta que faltan pocos días para sus exámenes para empezar a estudiar. Esto a menudo resulta en enfermedad, dificultad durante el examen para recordar lo que se ha leído, y a veces, confusión en las respuestas. Éstas y otras consecuencias se podrían haber evitado si hubieran hecho de estudiar diariamente un hábito.

Algunos hijos de Dios no dilatan sus estudios o tareas, pero lo hacen en su servicio para Dios, particularmente en compartir el evangelio. Esto es un riesgo porque no puedes predecer que es lo que le pasará a ese alma que no ha sido salva a tu alrededor. La historia del joven hombre que nuestro Señor Jeucristo llamó para que le siguiera en el pasaje Bíblico de hoy muestra que la dilación no está permitida en el Reino de Dios. Así que, ya sea una tarea, un recado o un servicio, no te retrases en hacerlo.

PUNTO CLAVE: Permanece activo, usa tu tiempo sabiamente.