Devocional Cielos Abiertos

EL JACTANCIOSO

Memoriza: «Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos.» Proverbios 27:2

Lee: Mateo 6:1 – 2

Jesús y la limosna

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

BIBLIA EN UN AÑO: Hechos 8 – 9

MENSAJE

Como hijo de dios, se te ha encomendado no ser jactancioso sino humilde. No alardees sobre ti mismo con la gente porque esto puede conducir a la envidia y el odio. Una boca que canta sus propias alabanzas será derribada. Así pues, que tus resultados sean los que canten alabanzas, no lo hagas tu por ti mismo.

Haz todo lo posible para que sean los demás los que te alaben. Como estudiante, tus resultados excelentes son los que te promocionarán, no el jactarte sobre lo inteligente que eres. El alardear de uno mismo es una trampa que debes evitar porque te hará pensar que eres mejor que cualquier otra persona. Aquellos que se vanaglorian pueden a veces meterse en problemas, especialmente cuando se jactan de cosas que no tienen o que no pueden hacer. El problema viene cuando se les pide que muestren o hagan aquello de lo que alardean.

Solo hay un tipo de gloria aceptable, y este es el presumir sobre Jesucristo. El Apóstol Pablo dijo: «El que se gloría, gloríese en el Señor.» (1 Corintios 1:31) porque Él te alzará a lo más alto cuando tu le glorifiques a Él.

PUNTO CLAVE: Nunca hagas sonar la trompeta, deja que tus resultados sean los que hablen.