Devocional Cielos Abiertos

NACER DE NUEVO I

Versículo a Memorizar: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” 1 Pedro 1:23

Pasaje Bíblico: 1 Tesalonicenses 4:1 – 7

La vida que agrada a Dios

Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.

INTRODUCCIÓN

Nacer de nuevo es un estado de conversión de ser pecador a convertirse en un santo. Es una transformación espiritual que nos lleva a un cambio de corazón y vida (Juan 3:3 – 7). Nacer de nuevo es un acto de Dios, mediante el cual, la vida eterna es otorgada a la persona que cree, confiesa sus pecados y acepta a Jesucristo como su Salvador personal y Señor. Si podemos decir que hemos nacido de nuevo, debe de haber evidencias notables que prueben que somos hijos de Dios (Romanos 8:14).

UNA VIDA DE SANTIDAD

Si hemos nacido de nuevo, se espera de nosotros que vivamos una vida de santidad: una vida sin pecado, aparatada para Dios y semejante a Cristo (Romanos 12:2, Efesios 4:13). Esto es lo que significa ser un Cristiano o un hijo de Dios.

Es la voluntad de Dios que Sus hijos sean santificados (1 Tesalonicenses 4:3). Se espera de los seguidores de Jesús que vivan en santidad (1 Tesalonicenses 5:23 – 24; 1 Pedro 1:15 – 16). Este gran privilegio y experiencia (la santificación) pueden obtenerse a través de la palabra de Dios (Juan 17:17), la sangre de Jesús (Hebreos 13:12), y la transformación del corazón de la persona, a medida que se entrega a Dios cada día (Ezequiel 36:25 – 27; Romanos 6:13). Como hijos de Dios, se nos da el poder de vivir en santidad, llevar los frutos del Espíritu, y tener garantizada la eternidad en el Señor (Romanos 6:22; Gálatas 5:22 – 23).

ACTIVIDAD DE CLASE: Los estudiantes deben de compartir los privilegios de los que han disfrutado como hijos de Dios.

UNA VIDA CONTROLADA POR EL ESPÍRITU

Cualquiera que ha nacido de nuevo debe de ser controlado por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos da poder para vencer al pecado (Gálatas 5:16); poder para servir a Dios (Hechos 1:8); poder para testificar sobre nuestra adopción espiritual (Gálatas 4:6; 1 Juan 3:24).

También, el Espíritu Santo nos ayuda a llevar frutos de arrepentimiento (Mateo 3:8); nos guía hacia toda verdad (Juan 16:13); controla el temperamento de los. creyentes (Romanos 8:4 – 5; Gálatas 5:25), Él da vida a nuestros cuerpos mortales (Romanos 8:11); poder para reprender y echar fuera demonios (Hechos 13:8 – 11); influencia nuestras decisiones (Hechos 13:2). El Espíritu Santo envía ayuda y reconforta a los Cristianos en tiempos de agonía, decepción, pérdida, pruebas, etcétera (2 Corintios 1:3 – 4).

ACTIVIDA DE CLASE: Los estudiantes deben de mencionar lo que ha cambiado en ellos desde que aceptaron a Cristo como su Señor y Salvador.

CONCLUSIÓN

Cualquiera que nace de nuevo debe de vivir en santidad y ser controlado por el Espíritu Santo.

PREGUNTAS

  1. Menciona tres cosas que los creyentes pueden hacer para ser santificados.
  2. ¿Cuáles son los beneficios de una vida controlada por el Espíritu Santo?

TAREA: Escribe cinco instrucciones específicas que el Espíritu Santo te ha dado, que son diferentes de lo que tú tenías en mente.