Memoriza: «Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.» 2 Corintios 8:9
Lee: Marcos 4:35 – 41
Jesús calma la tempestad
35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?
BIBLIA EN UN AÑO: Isaías 12 – 14
MENSAJE
Una tormenta financiera es otra tormenta crítica de la vida de la que todo creyente debe ocuparse por el poder en el nombre de Jesucristo. La Biblia dice: “El rico se enseñorea de los pobres, y el que pide prestado es siervo del que presta” (Proverbios 22:7). La Escritura dice además: “La riqueza del rico es su ciudad fuerte: la destrucción de los pobres es su pobreza” (Proverbios 10:15). Lo primero que debe hacer para calmar una tormenta financiera es trabajar duro. La Biblia dice:
“La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.” – Proverbios 10:4-5
La Biblia dice además en Proverbios 22:29:
“¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición.”
Por lo tanto, el trabajo duro es bueno. Sin embargo, el trabajo duro por sí solo puede no garantizar la seguridad de una tormenta financiera porque la Biblia dice: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano velará el centinela” (Salmo 127:1). Desde la caída en el Edén, el hombre ha estado trabajando con poca recompensa (Génesis 3:17-19). Por lo tanto, la maldición de la pobreza debe romperse y el único que puede hacerlo es Jesucristo nuestro Redentor.
Nuestro versículo para memorizar de hoy muestra que Jesús sacrificó todo para restaurar al hombre a una vida de bienaventuranza. Debemos invitarlo a nuestra vida para que toda tormenta financiera que sopla contra nuestra vida se calme.
Necesitamos clamar a Dios en el nombre de Jesucristo, quien prometió que todo lo que pidamos al Padre en Su nombre, nos será hecho (Juan 14:14). Él dice también en Mateo 7:7-8, “Pedid, y se os dará; Busca y encontrarás; llamad, y se os abrirá: Porque todo el que pide, recibe; y el que busca encuentra; y al que llama, se le abre”. Dios terminará con la pobreza en tu vida hoy y usará tu testimonio para atraer a muchos a Su Reino, en el nombre de Jesús.
PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor bendíceme y calma mis tormentas financieras hoy.