Devocional Cielos Abiertos

CUANDO DIOS INTERVIENE

Memoriza: «En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.» Salmos 62:7

Lee: Éxodo 14:9 – 28

Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón.

10 Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. 11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. 13 Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. 14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. 15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. 17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; 18 y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.

19 Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, 20 e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquellos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.

21 Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. 22 Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23 Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. 24 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, 25 y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. 26 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. 27 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. 28 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.

BIBLIA EN UN AÑO: Salmos 95 – 103

MENSAJE

Cuando Dios entra en la situación de un hombre, lo llamamos un encuentro divino. Un encuentro divino es en realidad una colisión entre Dios, con sus poderes sobrenaturales, y el ser humano, con su impotencia. En Lucas 7:11-15, una viuda – camino a sepultar a su único hijo se encontró con Jesús – en cuya presencia hay plenitud de gozo (Salmo 16:11). El resultado fue una colisión que hizo que la alegría se tragara la tristeza. El dolor de la viuda terminó y ella volvió a casa feliz. El Dios Todopoderoso chocará contigo hoy y experimentarás una gran transformación, en el nombre de Jesús.

Durante uno de nuestros programas hace algunos años, el Señor me dio una revelación para alguien en la reunión y anuncié: “El Señor dijo que hay alguien aquí que debería haberse casado pero la madre dice que no se casaría. Si la madre no se arrepiente, dentro de una semana morirá”. Una señora que estaba en edad de casarse creyó que la palabra era para ella y fue a su casa a decírselo a su madre. Al día siguiente, la madre, furiosa, vino con ella a verme, diciendo: “Mi hija vino y me informó que dijiste que moriré dentro de una semana”. Le dije exactamente lo que Dios había dicho, explicándole que no había mencionado ningún nombre. Después de esto, le pidió a la niña que saliera de la oficina, luego se volvió hacia mí: “No es que no quiera que se case. Es solo que ella es la que me cuida. Una vez que ella se case, no habrá nadie que me cuide”. Le respondí: “Eso no es un problema; Hablaré con el marido y te seguirán cuidando”. La madre entonces dijo: “En ese caso, ella puede casarse”. Seis meses después, la hija se casó.

En nuestra lectura Bíblica de hoy, vimos cómo Dios intervino en la situación de los israelitas y trajo perdición sobre los egipcios. Esto nos dice que debemos tener cuidado cuando tratamos con hijos de Dios porque Jesús puede decidir intervenir en la situación en cualquier momento. Cuando Él decide intervenir en una situación, es mejor que te asegures de estar de Su lado. Si te rindes a Él voluntariamente, entonces Él chocará con todas las fuerzas en tu contra, pero si no estás de Su lado, una colisión con Él traerá un resultado negativo como lo hizo con los egipcios.

PUNTO DE ORACIÓN: Padre, por favor, entra en mi situación y choca con cualquier fuerza que se me oponga, en el nombre de Jesús.