Devocional Cielos Abiertos

EL MAYOR ENEMIGO DEL HOMBRE

Memoriza: sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” 1 Corintios 9:27

Lee: 1 Corintios 9:24 – 27

24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 Samuel 14 – 16

MENSAJE

Tu mayor enemigo no es el diablo, tampoco tu suegra, las brujas o los hechiceros. Como hijo de Dios, sabes muy bien que mayor es Aquel que está en ti que el que está en el mundo (1 Juan 4:4). La Biblia lo deja claro que tú eres más que vencedor a través de Aquel que te amó (Romanos 8:37).

Tu enemigo número uno eres tú mismo. Aquel que es verdaderamente victorioso es aquel que se ha conquistado a si mismo. Cuando vives conforma los dictámenes de la carne, le das permiso para destruirte y es bueno haciéndolo.

“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” – Proverbios 16:32

Sansón miró a toda una ciudad y la tomó pero no pudo conquistarse a si mismo. Él era tan poderoso que las ciudades le temían, pero en los brazos de una mujer, él era el más débil de los hombres. Incluso un niño sabe que no debe de tocar un trozo de hierro ardiendo que ya le ha quemado antes. En el caso de Sansón sin embargo, él le dijo a Dalia una mentira sobre la fuente de su poder y cuando se despertó se dio cuenta que ella había usado la información en contra de él, aún así él no se alejó de ella. Para empeorar las cosas, él le dijo a ella la verdad al final y acabó moliendo maíz para el mismo enemigo que antes solía temerle (Jueces 16:6 – 21). Tú quizás pienses que Sansón era tonto, pero ¿y tú? ¿Te has mantenido alejado de los pecados que te acosan fácilmente?

Cuando un hijo de Dios está realmente ferviente, el diablo empieza buscar sus debilidades. En el momento en el que las encuentra, trata de usarlas como arma para que ese hijo de Dios se destruya a si mismo. Por eso debemos destruir esa debilidad antes de que el diablo la use en contra de nosotros. Proverbios 25:28 dice, “Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.” Contrólate para que puedas ser victorioso en contra de los ataques del diablo.

REFLEXIÓN: ¿Te has conquistado a ti mismo?