Memoriza: « Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.» Josué 1:8
Lee: Salmos 1:1 – 3
El justo y los pecadores
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
BIBLIA EN UN AÑO: Deuteronomio 3 – 4
MENSAJE
Hoy continuamos con el estudio sobre cómo aumentar tu fe, nos centraremos en memorizar y meditar la palabra de Dios.
Pensemos en David. Él era un pastor que ni siquiera había sido invitado cuando sus hermanos se alistaron en el ejército, aún así él se atrevía a soñar tan a lo grande, como para luchar y vencer a un gigante al que todo el ejército de Israel temía. (1 Samuel 17).
Uno de los mayores secretos del éxito de David está en esta declaración que hizo en Salmos 119:11: «En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.» Esta era otra forma que él tenía de decir «He memorizado la palabra de Dios». No es de extrañar que él sea reconocido hoy como uno de los reyes más importantes que Israel haya tenido.
Un niño me preguntó una vez, «¿Cómo es que sabes tanto de la Biblia?» Mi respuesta fue, «Porque la memorizo». Cuando nací de nuevo, empecé a memorizar un versículo por semana. En el panfleto de la Escuela Dominical, hay un versículo a memorizar para la semana. Memorizar un versículo a la semana significa 52 versículos memorizados en un año. Como nací de nuevo en 1973, haz el cálculo y tendrás una idea de cuentos versículos he guardado en mi corazón. Solo un simple esfuerzo cada semana, y a medida que pasan los años, habrás memorizado tantas Escrituras que tu fe habrá aumentado considerablemente.
También debes meditar en la palabra de Dios. Cuando meditas en la palabra, es como si la estuvieras masticando. De la misma manera que una vaca come la hierba y después va y se acuesta en un rincón para seguir masticándola poco a poco, tienes que analizar la palabra de Dios que has memorizado poco a poco una y otra vez, para sguir teniendo revelaciones más profundas que harán aumentar tu fe. Esto te traerá buen éxito a cambio.
Salmos 1:1 – 3 dice que para ser bendecido, debes de meditar en la palabra día y noche. Ves, la palabra de Dios es Dios mismo (Juan 1:1), así que cuando meditas en ella, estás en realidad explorando a Dios mismo. Memoriza y medita en la palabra de Dios cada día y tu fe crecerá de manera exponencial.
LLAMADA A LA ACCIÓN: Memoriza y medita en la palabra de Dios cada día.