Devocional Cielos Abiertos

ENTREGA TOTAL II

Memoriza: «Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.» Lucas 6:38

Lee: 1 Reyes 17:8 – 16

Elías y la viuda de Sarepta

Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. 10 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. 11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. 12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. 13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. 15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. 16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.

BIBLIA EN UN AÑO: Números 5 – 6

MENSAJE

Mi Dios no es un hombre que esté debiendo a nadie; Él no es un banco que «guarda» tu dinero sino que lo agota con cambios. Cuando le das a Dios algo, puedes obtener miles a cambio. Yo soy un testimonio viviente de esto. Entregué mi doctorado, próspera carrera en el sector académico, y mi ambición, para convertirme en el Vice-Consejero más joven en África para Él; a cambio, Él me levantó tan alto que muchos Vice Consejeros me llaman ahora «Papá». Cualquier cosa que entregues a Dios vuelve a ti multiplicada.

La mujer en la lectura Bíblica de hoy entregó su última comida al profeta de Dios. Esa única comida se convirtió en suficiente para alimentar a tres personas por el resto de la hambruna. El chico en Juan 6:9 – 11 entregó su comida; cinco panes y dos peces. Éstos fueron multiplicados hasta el puento que doce cestas de fragmentos fueron reunidas después. No hay nada que tu entregues a Dios que no se multiplique y vuelva a ti – absolutamente nada.

Muchas veces, Dios tiene algo grande que quiere darte, pero puede pedirte que entregues algo que tu quieres primero. Si tu sigues adelante y entregas esa cosa, entonces conseguirás lo que Él ya ha planeado darte, que normalmente es mucho más grande y mejor que lo que tú le has dado a Él. Dios quería bendecir a Abraham más, así que él le pidió que sacrificara a su hijo para Él. Dios no necesitaba al niño; mi Padre no come niños. Él solo quería que Abraham se entregara por completo a Él para abrir la puerta de bendiciones irreversiblemente. Abraham pasó la prueba y hoy, es su semilla todas las naciones de la tierra son bendecidas. (Génesis 22:16 – 18).

No te defraudes a ti mismo. No te quedes con las migajas, perdiendo así grandes tesoros en el proceso. Si Él te ha pedido específicamente esa cosa, puedes estar seguro de que Él tiene algo más grande en mente para darte a cambio. Puedes o bien rechazar Su oferta o aceptarla – todo depende de tu disposición a entregarlo todo a Él.

PUNTO CLAVE: Cualquier cosa que tu entregues a Dios volverá a ti multiplicada.