Memoriza: «Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.» Habacuc 2:3
Lee: Habacuc 2:2 – 4
2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. 3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. 4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
BIBLIA EN UN AÑO: Éxodo 35 – 37
MENSAJE
La Biblia dice en Proverbios 13:12, «La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido.» Quizás hayas estado esperando algo, pero no lo has conseguido aún, y tu corazón está empezando a sentirse enfermo. Amado, reúne fuerzas y mantén la esperanza viva. Habacuc 2:3 dice que que toda visión viene a su tiempo. Tu tiempo venderá pronto en el nombre de Jesús.
Mientras que están esperando su momento, muchas personas hacen cosas que dejan huella en sus testimonios. En Génesis 16:2, Sara le pidió a Abraham tener un hijo fuera del matrimonio con su criada para que la joven pudiera tener un hijo para él. Sara perdió la esperanza y se comprometió. Ella después se arrepintió de ello cuando llegó su tiempo y tuvo su propio hijo. En Génesis 21:10, ella le dijo a Abraham que echara a la criada con su hijo. Más allá de eso, estoy seguro que cuando ella mira desde el cielo ahora y ve algunas semillas de esa criada atacando a sus propias semillas, ella hubiera deseado haber podido mantener su esperanza viva.
Mientras que estás esperando a tu tiempo, simplemente asegúrate de que estás obedeciendo toda instrucción de Dios al pie de la letra, ya sea que tenga sentido o no. Hace muchos años, se nos ofreció la oportunidad de comprar 40 acres de un apacible campo llamado «Campamento de Jóvenes» por 100.000 nairas. Eso era mucho dinero en esos tiempos. Junté am i gente y oramos citano el versículo:
«Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.» – Josué 1:3
Nos quitamos nuestros zapatos y caminamos alrededor del campamento orando y confesando que era nuestro, por fe. Poco después, otro ministerio escuchó que la propiedad estaba disponible a la venta y ellos enseguida pagaron por ella. Nuestras esperanzas se derrumbaron, pero me animé am i mismo en el Señor y mantuve mi esperanza viva. Poco después, Dios nos conduje a donde el Campo de Redención está situado, aunque entonces era conocido por ser el hogar de los ladrones de carretera y de grandes serpientes. Creímos en el Señor y compramos la primera parcela de tierra que ha crecido para convertirse hoy en día en la Ciudad de Redención. La Ciudad de Redención está situada en una expansión de tierra mucho más grande de lo que queríamos comprar antes. Gracias a Dios que mantuvimos la esperanza viva hasta que llegó nuestro momento.
PUNTO CLAVE: Tu tiempo está a punto de llegar, no te rindas.